Dentro del diseño gráfico una de las técnicas más utilizadas es el fotomontaje, una combinación de varios fotografías unidas para lograr un efecto artístico determinado. Muchas veces también es utilizado para mostrar varias ideas en una sola obra de arte. En sus comienzos, las imágenes en el fotomontaje buscaban crear composiciones cortando, pegando, arreglando y superponiendo dos o más fotos o reproducciones juntas o en combinación con diferentes materiales no fotográfico como texto u otras formas abstractas.
El proceso de creación de una fotografía collage data de los primeros intentos de revelado en el cuarto oscuro, cuando los fotógrafos experimentaban con la impresión en contacto directo con objetos colocados en las placas fotográficas; aplicando técnicas como la doble exposición o el enmascaramiento. El arte del montaje no involucra únicamente la creación de nuevas imágenes; también se emplea en impresiones encontradas y ya existentes, según las intenciones y objetivos del artista.
En este tipo de fotografía, uno de los aspectos más importantes es la imagen física, aunque en esta era de digitalización en la que vivimos suele considerarse que el profeso de impresión se ha asociado a las bellas artes; sin embargo, los fotógrafos han estado experimentando con diferentes tipos de objetos físicos desde hace más de un siglo. El fotomontaje es una de estas metodologías que hoy vuelve a estar de moda.
Hoy ya es posible hablar sobre el arte del fotomontaje como una versión tanto impresa como digital, con grandes posibilidades técnicas. Estas recuperan la inspiración a partir de los clásicos del arte de vanguardia, con sus golpes visuales y su ruptura de los esquemas, como el trabajo de Herbert Matter.
En 1925, Matter comienzó los estudios de Bellas Artes en Ginebra, sin embargo, abandonó tras dos años para mudarse a París, en la Academie Moderne aprendió de Fernand Leger y Amedee Ozenfant. Allí Matter experimenta con la fotografía y el fotomontaje, técnicas que ya eran utilizadas por ciertas vanguardias como del Dadá o el Constructivismo ruso. El lenguaje gráfico del artista juega con escalas sobre la superficie del cartel, creando contrastes, paisajes en contrapicado, juegos con modelos que buscan nuevas composiciones y mezclas de ideas que juegan y cambian en diversas direcciones. Toda una lección de creatividad para los nuevos usos de la imagen.
Fuente: DSIGNO
