A lo largo de los años, el interés por los tratamientos estéticos para conseguir un rostro o cuerpo con el que sentirnos más a gusto ha ido en aumento. En consecuencia, la oferta de servicios y tratamientos es cada vez más variada. Uno de ellos es el famoso microblading, un servicio cada vez más demandado por ofrecer, a un precio bastante asequible, unas cejas más pobladas, simétricas y naturales.
Convertirse en un profesional de microblading no es una idea descabellada. De hecho, supone una salida laboral interesante tanto para quienes aspiran a montar su propio negocio como para aquellos que prefieren trabajar por cuenta ajena.
El microblading: la técnica no invasiva que permite simular el pelo real
Si tuviésemos que explicar en palabras sencillas qué es el microblading, podríamos decir que se trata de un maquillaje semipermanente que se realiza sobre las cejas para que estas tengan un aspecto más poblado.
Su aplicación es relativamente sencilla, pero exige que sea realizada por un profesional. A nivel epidérmico se implantan pigmentos en forma de trazos que siguen la trayectoria y forma natural del pelo. Gracias a esta técnica es posible corregir o reconstruir por completo unas cejas que, por cualquier tipo de circunstancia, hayan perdido pelo.
La aplicación del tratamiento dura aproximadamente 2 horas y media y una de las cuestiones que más valoran los clientes es que no es definitivo. Aunque el microblading puede llegar a durar hasta 12 meses sin necesidad de retoques, hay distintas técnicas con las que se puede retirar el pigmento en caso de arrepentimiento.
En cuanto al equipo que se utiliza para hacer microblading, tenemos la pluma desechable llamada tebori, que tiene insertadas unas agujas muy pequeñas y con las que es posible realizar los microcortes en la piel y cumplir con la compleja tarea de dibujar pelo a pelo.
Duración del microblading
Aunque puede durar más tiempo si se tienen los cuidados necesarios, la duración habitual del microblading es de 8 a 12 meses. Pasado este tiempo el pigmento se comienza a degradar, ya que se realiza sobre una capa superficial de la piel que está expuesta a diario.
Justo cuando comenzamos a notar que algunos trazos comienzan a desaparecer y que el pigmento se está comenzando a degradar poco a poco, es el momento de llevar a cabo el primer retoque.
Cuidados a tener en cuenta
Ahora que ya sabemos qué es el microblading y cuánto dura, veamos cuáles son los cuidados que más recomiendan los expertos. No se trata de un tratamiento excesivamente costoso (puede estar en torno a los 250 euros), pero de las precauciones que tengamos dependerá que podamos prolongar durante más tiempo los primeros retoques.
- Durante la fase de cicatrización, la herida debe estar tapada y protegida con una crema reparadora.
- Evitar la exposición al sol durante el proceso de curación y aplicar protector solar factor 50 diariamente después de que la herida haya cicatrizado.
- Después de realizar el tratamiento se recomienda evitar la actividad física, al menos, durante los siguientes dos días.
- No tocar la herida con las manos sucias.
- Evitar la exposición de la herida a perfumes, maquillajes, líquidos que contengan alcohol, etc.
- Limpiar la zona con jabón neutro (sin perfume) y de manera delicada para no friccionar ni arrastrar las costras.
Microblading y micropigmentación: ¿existe diferencia?
La respuesta es sí, y, de hecho, existen más diferencias que similitudes entre ambas técnicas. Tanto el microblading como la micropigmentación funcionan para conseguir unas cejas perfectas y acordes con la morfología de cada rostro. No obstante, la primera es una técnica semipermanente, mientras que la segunda es permanente.
En ambos casos se utilizan pigmentos naturales, pero se aplican con instrumentos distintos. En la micropigmentación se utiliza el dermógrafo, que tiene una aguja para dibujar el pelo y otra de tres a cinco puntas que permiten sombrear o rellenar la ceja.
Por su parte, las agujas del tebori son bastante más finas que las que se utilizan para la micropigmentación.
Como vemos, el microblading se trata de una técnica novedosa e indolora que está al alcance de mujeres y hombres que buscan perfeccionar sus cejas a un precio razonable. Es una técnica segura que, en manos de profesionales, puede dar muy buenos resultados.
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