Quien haya sufrido la pérdida de un ser querido y esté inmerso en el duelo es posible que tarde o temprano experimente el denominado síndrome de la silla vacía. Se trata de una situación muy habitual en las consultas de psicología, a la que acuden los pacientes en busca de recursos y herramientas para sobrellevar mejor este síndrome. A continuación, te contamos en detalle qué es el síndrome de la silla vacía y cómo tratarlo.
El síndrome de la silla vacía está relacionado con la sensación de tristeza, apatía y nostalgia ante el fallecimiento de un ser querido. Recibe su nombre por el simbolismo asociado a la silla libre de esa persona porque ya no está. Por supuesto, es un síndrome que se intensifica en ciertas fechas clave como Navidad, una época en la que son comunes las reuniones familiares y, por ello, se echan más en falta a aquellas personas que ya no se encuentran entre nosotros.
Aunque, como decimos, el síndrome de la silla vacía se acentúa en ciertos momentos del año, es una realidad diaria. Generalmente, en casa existe la costumbre de que cada uno tiene un asiento asignado para comer en la mesa, para sentarse en el sofá… Entonces, el recuerdo de la persona que ya no está regresa una y otra vez al ver su sitio vacío constantemente.
La nostalgia, esencial en el duelo
El síndrome de la silla vacía y, por ende, la sensación de nostalgia es una etapa imprescindible en todo proceso de duelo. Como sabes, el duelo es un recorrido en el que el fin último es la aceptación de la pérdida, aunque antes de llegar a este objetivo habrá que pasar por una serie de fases.
En el duelo, es habitual atravesar la fase de negación, la tristeza, la rabia, etc. Por ello, es normal que el síndrome de la silla vacía aparezca en algún momento en ese camino.
Consejos para afrontar el síndrome de la silla vacía
El fallecimiento de un ser querido es un duro revés que no suele ser fácil de superar. En estos casos, se requiere a menudo la ayuda de un profesional para que el proceso resulte menos doloroso. Estos son algunos consejos y herramientas para afrontar el síndrome de la silla vacía.
Aceptar las emociones
Una de las principales recomendaciones ante un golpe de la vida de esta clase es aceptar las emociones propias. En estas circunstancias, no es bueno reprimirse ni forzarse a estar felices. Es importante no convertirlo en un tema tabú y hablar de ello cuando se necesite.
Buscar apoyo
Ante la pérdida de un familiar o alguien allegado es importante refugiarse en el entorno más próximo. Es posible que en estos momentos cualquier tarea cotidiana se haga cuesta arriba, de manera que no hay que dudar en buscar apoyo.
Seguir con la rutina
Aunque parezca muy difícil de poner en práctica, es indispensable tratar de dar continuidad a nuestra rutina y actividades. Se deben priorizar aquellas tareas que nos hacen sentirnos bien para que, poco a poco, volvamos a enderezar nuestro camino.
Recordar a quien ya no está
Por último, aprender a recordar desde el amor y no desde el dolor nos ayudará a aceptar antes la pérdida.
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