¿Te llama la atención la profesión del inspector de trabajo? ¿Quieres conocer su origen y requisitos para pertenecer a este sector? ¿En qué consisten las oposiciones que dan acceso a estos puestos? Si quieres conocer la respuesta a estas preguntas has llegado al lugar adecuado, pues en la entrada de hoy ponemos el foco en ellos.
Cómo surge el cargo de inspector de trabajo
Se origina en 1906, cuando se creó la Inspección de Trabajo para vigilancia de las leyes protectoras del trabajo en España. Décadas más tarde, el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social español, a través de la Ley 30 de 1984 del 2 de agosto, creó El Cuerpo Superior de Inspectores de Trabajo y Seguridad Social.
Requisitos académicos y procedimiento para ser inspector de trabajo
Este profesional pertenece al grupo A1 de la administración y debe contar con una titulación universitaria: doctor, graduado, licenciado universitario, ingeniero, arquitecto o equivalente. Además de tener la nacionalidad española, tiene que presentar una oposición.
Hablemos de la oposición libre y de sus ejercicios para ser inspector de trabajo
En la oposición debemos superar un proceso selectivo con cuatro fases, si no pasamos una, no podemos seguir; cada fase es eliminatoria y todas ellas abarcan un período de máximo nueve meses.
Esta oposición tiene cuatro ejercicios:
- Primer ejercicio: una prueba escrita con dos partes: la primera, sobre Organización de las Administraciones Públicas, Derecho de la Unión Europea y Derecho Administrativo y, en la segunda, se puede elegir Prevención de Riesgos Laborales o Derecho Civil, Derecho Mercantil, Derecho Penal, Derecho tributario y Economía y Contabilidad.
- Segundo ejercicio: una exposición oral, de máximo 50 minutos, en la que se tratan los siguientes temas: dos de Derecho del Trabajo, Relaciones Laborales Individuales y Colectivas y Derecho Sindical y otros dos sobre Seguridad Social.
- Tercer ejercicio: una prueba escrita de cuatro horas en las que se realiza una redacción sobre Prevención de Riesgos Laborales (36 temas) e Inspección de Trabajo y Procedimiento (27 temas).
- Cuarto ejercicio: se compone de dos partes. En la primera, se realiza un informe o se resuelve un supuesto práctico sobre tareas de inspección. La segunda consiste en una prueba escrita de idioma: francés, inglés o alemán.
Una buena noticia:
Cuando se supera la fase de oposición se es nombrado funcionario en prácticas para después hacer un curso selectivo. La calificación final de este curso se suma a las puntuaciones del curso selectivo y de la oposición.
Funciones y competencias de un inspector de trabajo
El inspector de trabajo debe vigilar el cumplimiento de las leyes laborales y de Seguridad Social. Por otro lado, debe brindar asesoría en materia de relaciones laborales, empleo, seguridad social e higiene en el trabajo, así como en la conciliación y mediación en conflictos colectivos.
En esencia, las funciones del inspector de trabajo están agrupadas de la siguiente manera:
- Función preventiva: para proteger los derechos del trabajo y evitar posibles conflictos de intereses entre trabajadores y empleadores, el inspector de trabajo debe buscar que las normas establecidas se cumplan. Para ello centra su inspección en las actividades económicas o en las empresas que puedan presentar vulnerabilidad en el cumplimiento de la ley y actúa antes de la ocurrencia de los problemas, propone acciones preventivas y promueve la colaboración.
- Conciliación: interviene en la solución de conflictos, ya sean individuales o colectivos, y busca que no se llegue a procesos legales.
- Mejoramiento de la normativa laboral: analiza los vacíos que existen en la aplicación de disposiciones legales e implementa iniciativas que beneficien a los empleados y a los empleadores.
- Visitas a las empresas: una de sus principales funciones es comprobar las condiciones reales en las que se trabaja en una determinada empresa. Estas visitas pueden ser: rutinarias, por requerimiento o por emergencia.
- Negociación, arbitraje y mediación: en caso de huelgas y conflictos laborales.
Lo sabemos, no es un proceso fácil debido a su temario y a las pruebas temáticas que se deben pasar, pero vale la pena porque, además de ser considerado uno de los cargos de la administración pública con el sueldo más alto (41.000 – 47.000 euros brutos anuales), es clave para mejorar la situación de trabajadores y empresas.
