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Qué nos motiva y nos desmotiva del trabajo

El día a día en el trabajo copa una parte importantísima en nuestras vidas. Por eso, lo ideal es estar a gusto, motivados e ilusionados con lo que hacemos, además de que nuestra productividad será mucho mayor, seremos también más felices. Pero las cosas no siempre son un camino de rosas y hay cuestiones que puede hacer que nos vayamos desencantando. Algunas está en nuestras manos cambiarlas y otras dependen de nuestros superiores.

  • En primer lugar, la rutina puede acabar siendo nuestro enemigo. Aunque todos nos sentimos cómodos con la actividad cotidiana del día a día, hemos de intentar no hacer las cosas demasiado automatizadas. Nosotros mismos podemos tratar de darle un toque de chispa a cada día. Esto también depende del estado de ánimo con el que afrontamos cada jornada. Como bien dice el maestro Joan Manuel Serrat, “hoy puede ser un gran día, plantéatelo así…”.
  • La dificultad de poder compaginar la vida laboral con la vida familiar es otro de los asuntos que más nos pueden ir crispando. Evidentemente, hay empleos más o menos flexibles, pero hemos de intentar no llevarnos los problemas a casa. También en esto hay que saber poner límites y separar al máximo estas dos facetas de la vida. De no ser así, podemos arrancar la semana cansados y sin haber desconectado del todo, y esto va desmotivando convirtiéndose en la pescadilla que ser muerde la cola.
  • El no saber si estamos haciendo bien o mal nuestro trabajo es otro de los puntos que, al fin y al cabo, también van en contra de nuestra productividad. En el argot profesional del campo de los Recursos Humanos, es lo que se conoce como la retroalimentación al desempeño. No hace falta que sea a diario, pero los trabajadores necesitan saber si van por el buen camino. Un jefe debe corregir a sus empleados en sus errores pero debe también reconocerles sus aciertos. Aplaudir un buen trabajo puede ser una inyección pura de motivación. El problema está en que todavía en muchas empresas hay una falta de conocimiento en cuanto a la comunicación interna con los empleados.
  • La ausencia de posibilidades de promocionar en el trabajo también puede restarnos ganas. La ambición, la ilusión por ir tomando mayor responsabilidad son esa chispa que nos hacen ver el futuro esperanzador y con ganas.
Trabajo motivación
Los compañeros de trabajo pueden, y deben, ser un apoyo fundamental ¡Trabajad unidos!

Pero no todo son espinas. También hay cosas que nos alegran, que nos dignifican y que nos hacen estar seguros de nosotros mismos. Además de las situaciones inversas de todo lo anterior, hay puntos que nos hacen fuertes y que conviene que intentemos mantener:

  • Uno de ellos son los resultados que van apareciendo con el esfuerzo. Al final, quien trabaja bien acaba viendo los frutos de toda su dedicación. Está claro que todo lo anterior influye en que nuestro esfuerzo no se agote pero nunca hay que bajar la guardia.
  • La experiencia tiene su lado más que positivo. A medida que nos afianzamos en un puesto de trabajo, vamos ganando soltura y esto hace que vayamos haciendo las cosas cada vez mejor y, en consecuencia, vayamos ganando seguridad en nosotros mismos.
  • Los compañeros de trabajo pueden ser un apoyo fundamental. Crear buena conexión entre toda la plantilla es una táctica magnífica de comunicación interna. Por eso, algunas empresas crean eventos para consolidar los lazos entre compañeros.

En definitiva, tanto si eres jefe como si eres empleado, ya sabes qué puedes hacer para rendir más en tu día a día y hacer que el trabajo funcione mejor.

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