¿Sabías que el nombre y el concepto de Mentor o Méntor procede de la mitología griega y en concreto de La Odisea? Según el profesor del Máster Oficial Online en Dirección y Gestión de Personas de la Escuela de Negocios y Dirección – ENyD, José Vera, en esta obra tradicional atribuida a Homero, durante la desaparición de su casa en Ítaca, Ulises pide a Méntor que se encargue de la educación y la formación de su hijo Telémaco.
De este personaje mitológico nace el concepto moderno de mentor al hacer referencia a la persona que releva al padre en su ausencia para encargarse de la formación de un joven. Por extensión, en la Gestión de Personas y dentro del sector empresarial, “se ha extendido el concepto a ese trabajador veterano que, por formación, experiencia y competencias formativo-educativas, se responsabiliza de acompañar al trabajador joven en aquellas etapas de transformación, en las que pueda precisar del apoyo del conocimiento y la experiencia”, afirma el docente de ENyD.
Ese magnífico prestigio, añade José Lominchar, profesor también del Máster en RRHH de ENyD, añadido a la experiencia y a la cualificación en una área concreta hace que pueda exponer todos esos conocimientos a directivos y a nuevas personas que se añadan a la empresa.
Hay mentores prácticamente en todos los ámbitos de negocio. “El mentor es el patrón, el asesor, quien alienta, quien sirve de fuente de inspiración para que aquel a quien está sirviendo le sirva de motivación para que se supere y aprenda y para que esa influencia positiva la utilice para crecer”, destaca Lominchar.
Sin embargo, es importante no confundir el mentor con la figura del jefe ni mucho menos con la del “coach”, figura mucho más complicada. Para ir en el camino adecuado, el mentor debería formar parte de un ámbito o actividad diferente a la del mentorado.
Un mentor puede ser recomendable en algunas fases de la vida profesional, sobre todo en épocas de transformaciones, en las que alguien pueda precisar del apoyo de un veterano que le ayude a remediar problemas, o por lo menos, a salir de dudas. Eso sí, subraya Vera que “cada cual debe forjar su propio carácter y personalidad por sí solo. El abuso del mentoring puede llevar a la creación de empleados clónicos”.
¿Cuáles son las aptitudes de un mentor?
- Compaginar experiencia con conocimientos para que pueda socorrer a esos jóvenes directivos a los cuales tiene que acompañar de alguna manera.
- Tiene que estar muy focalizado a resultados.
- Tiene que ser una persona vehemente y entregada.
- Buen comunicador.
- Que desarrolle bien las destrezas sociales.
- Empático, asertivo, próximo, cálido y capaz de generar confianza.
- Servir de motivación constante para retroalimentar y dar feedback.
¿Cuál es la función que puede dar un mentor?
En primer lugar, un mentor debe transmitir la visión y aconsejar el diseño de los nuevos horizontes de los planes de desarrollo de la organización. Va a echar una mano a ese joven profesional a rebasar determinadas complejidades y obstáculos gracias a la experiencia del mentor y sus conocimientos agilizarán el trámite.
También, tiene que crear un espacio confortable en el que, de alguna manera, motive al mentorado para que pueda aprender, crecerse ante las complejidades y tener anhelos. Según Lominchar, “un mentor te está retando constantemente”.
El mentor es la persona que va a sacar el mejor partido del mentorado estimulándole regularmente para que siga aprendiendo ante todos los contextos que se den.
Algunas razones por las que se puede recomendar la asignación de un mentor son:
- En el momento de la incorporación de un trabajador a una nueva empresa. Ello puede permitir y agilizar la integración del recién llegado a la empresa.
- Con motivo de un ascenso profesional que explique, además de la correspondiente formación específica, la asignación de un mentor con el que poder establecer una fase de acompañamiento con una persona entendida en la actividad causa de la promoción.
- En el caso de asignaciones internacionales puede ser muy recomendable la presencia de un mentor que acompañe al “expatriado” en la primera fase de la experiencia internacional.
Además, según José Vera, “un mentor debe dar al mentorado su opinión sobre cómo aproximarse a los problemas o nuevos contextos, dejando al propio mentorado suficientes grados de libertad para que escoja sus propias decisiones. Lógicamente, si el mentorado lo pide, el mentor podrá y deberá darle su visión sobre cómo plantear y ocasionalmente, cómo solucionar problemas concretos, pero siempre eludiendo cualquier tipo de dirigismo.
Básicamente, el mentor debe agregar al mentorado el mejor consejo basado en sus conocimientos y bagaje y no únicamente en aspectos técnicos (“hard”), sino en elementos más “soft” como pueden ser los vinculados con la integración socio-cultural en el nuevo entorno.
¿Por qué es aconsejable tener un mentor?
En primer lugar, el mentor tiene más conocimiento que uno mismo. Ha recorrido ese viaje antes que la persona en cuestión y por lo tanto, se ahorra tiempo, esfuerzo y se evita incurrir en algunos errores.
En segundo lugar, no solo tiene más bagaje que uno mismo, sino que también tiene una visión mucho más panorámica. El mentor va a comprender que el proceso para lograr un objetivo va a ser sugerir de una manera determinada. Comprende los procesos, la metodología y la política que haya que tomar en la organización para lograr determinadas finalidades, por lo tanto, abre camino de manera muy coherente.
En tercer lugar, un mentor exige y extrae lo mejor de uno mismo. Uno de los roles principales que tiene es el de rendir cuentas, pide el cumplimiento de un camino concreto para poder llegar a lograr las finalidades marcadas. Así, pues, requiere una exigencia elevada.
El mentor también facilita la ampliación del nivel de relaciones porque su veteranía y su bagaje hace que tenga muchas más vinculaciones. Estas conexiones pueden significar una gran ayuda a la hora de abrirse puertas o darse vinculaciones en distintos lugares.
El mentor se puede convertir también en una relación de amistad muy notable, porque de alguna manera, su objetivo es ayudar para que se logre el éxito y las relaciones que se trabajan o se desarrollan en este contexto, normalmente pueden llegar a ser relaciones de amistad. Es muy posible que un mentor pueda serlo durante una fase concreta de la vida profesional, pero muy previsiblemente se convierta en un mentor para toda la vida, es decir, que se le pedirá recomendación, se le llamará y se le valorará en gran manera.
La figura del mentor es transversal. Por ejemplo, si alguien quisiera emprender, Lominchar aconseja siempre la figura del mentor para orientar esos pasos, para que las decisiones que se tomen sean mucho más meditadas. Muchos creen que este perfil no es tan necesario y actúan un poco por su cuenta, pero Lominchar cree que “es un factor de riesgo inútil”. El perfil del mentor puede dar confortabilidad, aprender y de alguna manera fortalecer cualquier tipo de desarrollo profesional.
En definitiva, es un sistema basado en aprender mediante la experiencia del mentor.
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