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Resolución de conflictos y mediación en el aula

La mediación es uno de los métodos de resolución de conflictos más  conocidos y utilizados en la actualidad en varios sectores. Este tipo de método apuesta por una resolución del conflicto mediante el apoyo de una tercera persona ajena al conflicto e imparcial durante todo el proceso.

La escuela tradicional, las nuevas sociedades, la falta de empatía, la distancia entre la figura del alumno y del profesor, la falta de dinamismo y participación… son algunos de problemas del sistema educativo en la actualidad. Para algunos de ellos, cuando surge un conflicto entre dos o más personas existe el método de la mediación educativa o mediación en el aula. Este nuevo método surge como respuesta ante la ineficiencia de los antiguos métodos de resolución de conflictos. Te explicamos en qué consiste.

En todo proceso de mediación educativa es necesaria la presencia de una tercera persona que, en este caso, pueden ser profesores, alumnos, personal no docente, que trabaje dentro del mismo centro e incluso padres y madres de los alumnos. La presencia de esta gran diversidad de perfiles diferentes en las dinámicas y los problemas que pueden surgir en el centro educativo ayudan a implicar a toda la comunidad educativa. ya que facilitan el aprendizaje de habilidades sociales y resolución de conflictos.

La implicación de un proceso de mediación en el ámbito escolar llega no únicamente a los problemas que pueden surgir entre dos o más alumnos, sino también a los problemas entre profesores, entre profesores y alumnos e incluso entre profesores y padres o madres de alumnos.

Existen 4 principios fundamentales en cualquier proceso de mediación que sitúan las bases del proceso de mediación:

  • Voluntariedad: las partes del conflicto deben acudir al proceso de mediación de forma totalmente voluntaria y convencida. Resulta imposible imponer u obligar a ninguna de las partes aunque la otra haya aceptado la mediación.
  • Confidencialidad: toda la información, datos y experiencias así como las resoluciones y los medios que se han utilizado para llegar hasta a ellas cuentan con plena confidencialidad y las partes, así como la tercera persona imparcial, se comprometen a no utilizar ni revelar esa información en ningún caso.
  • Imparcialidad: la tercera persona que guía el proceso de mediación debe mostrarse totalmente imparcial ante las partes implicadas en el conflicto. Su finalidad debe ser conseguir una resolución justa para ambas partes sin posicionar y beneficiar a ninguna de ellas en ningún momento de la mediación.
  • Intervención personal: es necesario que las partes implicadas en el conflicto estén presentes durante el proceso de mediación. Quizás, y de forma excepcional, en las primeras fases sea necesario realizar alguna sesión con cada una de las partes, pero el objetivo final es que ambas acaben decidiendo y acordando entre las dos cuales son las posibles soluciones para llegar a un acuerdo justo.

Todo este proceso de mediación cuenta con una serie de ventajas en el ámbito educativo entre las que podemos destacar:

  • Los valores como la participación, el respeto, la comunicación, la empatía y la escucha activa forman parte intrínseca del aprendizaje.
  • Mejora el ambiente escolar, ya que infunde más tranquilidad y lo libera de conflictos que acaban repercutiendo en el aprendizaje del alumnado y en el trabajo de los docentes.
  • Cambia de forma cualitativa la visión del conflicto como algo violento y negativo, para ser considerado parte de un proceso de cambio mediante el cual se puede aprender valores y mejorar la conducta.
  • Se reducen las sanciones y expulsiones del centro como medida de solución a los conflictos.

Por todo ello, los procesos de mediación en el aula nos ayudan a utilizar los conflictos como parte inseparable del desarrollo personal y social de los alumnos, de los profesores y de los padres de forma dinámica y totalmente participativa.

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