El suelo pélvico es una estructura fundamental a la hora de realizar una buena praxis del método PILATES. Hemos de tener en cuenta una serie de hechos , tales como que el suelo pélvico es protagonista en la estática pélvica, lo que significa que está formado y es productor de colágeno, hablamos pues de fibras tipo 1, o lo que es lo mismo, diseñadas para contracciones tónicas y sostenidas.
Solo en el músculo más relevante del suelo pélvico, es decir, el elevador del ano, se localizan un total del 90% de fibras tipo 1, lo que viene a ser que este músculo ha de encontrarse en el tono adecuado para soportar los cambios de presión a los que se ve sometido diariamente.
Otro hecho fundamental, es que en teoría, el suelo pélvico funciona sinérgicamente junto al transverso abdominal, es decir, se contraen a la vez. Pero esta relación puede perderse por múltiples causas, de forma que al contraerse el transverso, lo que sucede es que tal presión va a parar al suelo pélvico, que reacciona cediendo en unas partes y contrayéndose en zonas no diseñadas para ello. Además hemos de tener en cuenta que el suelo pélvico, en cuanto musculatura estática, está diseñado para trabajar correctamente en el entorno de una espalda neutral, con lo cual cualquier variación en la alineación pélvica va a afectar negativamente la funcionalidad del suelo pélvico.
¿Como podemos afrontar estos hechos desde el punto de vista del método PILATES? En primer lugar, tengamos en cuenta que a lo máximo que vamos a llegar en cuanto a activación de fibras se refiere, es al 20% de fibras tipo 2 restante del suelo pélvico, ahí es donde llegaremos contrayendo los esfínteres a voluntad. En este sentido es fundamental que el profesor de la orden previa de contracción de esfínteres, antes de cualquier otra, como hundir el ombligo o cerrar las costillas, a fin de proteger al suelo pélvico del exceso de presión provocada por un comportamiento disfuncional del conjunto transverso-suelo pélvico. Por otra parte, enseñar a localizar correctamente la posición neutral de la pelvis, además de enfocar así los ejercicios en cualquier posición inicial, dado que recordemos que abusar del imprint, por ejemplo, conlleva una modificación de la alineación pélvica y por tanto, un perjuicio para el suelo pélvico.
La pregunta es cómo trabajar integralmente el suelo pélvico, dado que, desde el punto de vista del método PILATES, no es posible como vemos que esto sea posible. Para esto tenemos el trabajo hipopresivo, que consta de una serie de técnicas, posiciones y movimientos encaminados a trabajar la musculatura lumbopelvica sin presionar los órganos internos. Basado ante todo en la cualidad de “aspirador” del diafragma, en virtud de la cual, cuando nos encontramos en apena espiratoria, se produce un efecto de elevación-succión de los órganos internos y por tanto una contracción refleja (fibras tipo 1) tanto del suelo pélvico como del transverso abdominal, llegando de esta forma a ese 80% de fibras que conforman la base del suelo pélvico.
La idea pues, lejos de excluir uno u otro método de nuestra rutina habitual, es combinar ambos métodos, para así tener la certeza de estar haciendo un trabajo integral y de rehabilitación tanto del transverso abdominal como del suelo pélvico.
