A raíz de la aparición del COVID-19, todas las áreas de la sociedad se vieron afectadas. Paradigmas que se pensaban como sólidos y duraderos en el tiempo ahora no lo son tanto; métodos de comunicación que se creían seguros, tampoco lo parecen.
Por tanto, las relaciones interpersonales y las dinámicas de trabajo han cambiado y migrado, en muchos casos, hacia plataformas digitales pensadas para generar continuidad en los procesos, como las que ofrece IMF Institución Académica a través de su cuerpo de especialistas.
El lobby, la diplomacia corporativa y los análisis de inteligencia no escapan a estas cuestiones. Se trata de asuntos públicos, de impacto en distintas escalas de la sociedad, incluyendo relaciones institucionales. A través de ellas se gestionan distintas cuestiones que influyen en el día a día de las personas. Aún en un contexto como este, lleno de incertidumbre, hay que ofrecer respuestas a las necesidades de las poblaciones y los compromisos previamente adquiridos.
Durante los últimos meses, en este sentido, se han tomado una serie de medidas y decisiones de forma rápida. Pensando a futuro, estas acciones seguramente tendrán un impacto en las políticas y las aspiraciones dentro del sector de la cooperación y las compañías. Varias de ellas guardan relación con regulaciones que antes no estaban incluidas o cambios en las políticas públicas que alteraron el escenario sobre el cual se venía trabajando.
Teniendo en cuenta esto, la recomendación es incorporar análisis de inteligencia para evaluar diversos escenarios, reforzar aspectos como la capacidad de anticipar situaciones y aportar certeza a las decisiones que se tomarán próximamente.
Los análisis de inteligencia aportan un grado de confianza que puede ser clave para facilitar la toma de decisiones en la compañía. Por tanto, es conveniente tener mayor conocimiento sobre los procesos regulatorios, los sistemas políticos en los que entra la compañía, así como cuanto ocurre en los escenarios donde participa.
¿Qué propiciará esto? Mayor certeza a la hora de tomar decisiones. Son tiempos cambiantes, donde no hay una línea clara en distintos sectores. Por tanto, esos valores serán clave para la evolución de los negocios y las relaciones corporativas.
Las relaciones institucionales: clave en el proceso
Algunas de las recomendaciones que se pueden hacer en este sector son tener flexibilidad, fomentar la capacidad de adaptación y la versatilidad. Esos valores facilitarán escenarios de aprendizaje continuo, otra habilidad que conviene desarrollar ante situaciones que están en constante cambio y evolución.
Se trata de generar respuestas claras, precisas, ante los cuestionamientos que se presentan (y seguirán presentándose durante los próximos meses). Al tener algunas certezas, estas se pueden ofrecer sin necesidad de condicionar otras decisiones en el mediano y largo plazo.
Por eso es conveniente apoyarse en las relaciones institucionales durante el manejo de las complejidades y fenómenos que han tomado por sorpresa a todos. Establecer alianzas y anticipar escenarios es una medida positiva y favorable para los planes de la organización.
Diálogo, cooperación y trabajo conjunto: lo que pueden hacer el sector público y privado
En cualquier escenario de crisis, lo normal es que quienes trabajan solos experimenten mayores dificultades. Por eso se insiste tanto en la importancia de establecer alianzas, acuerdos de cooperación entre los distintos sectores, para avanzar en proyectos de forma conjunta.
Esto es posible porque la diversidad de visiones también aporta amplitud en las respuestas. ¿Qué propicia esto? Mayores opciones de progresar en escenarios desconocidos. Con base en esto, una de las relaciones que debería propiciarse de forma natural es la del sector privado con el sector público.
Si bien hay distintos aspectos que influyen en esto, al compartir información, diagnósticos, conocimientos, estrategias y otras cuestiones se puede procurar el avance de ambos sectores. Aunque parezca incorrecto, no lo es. Se trata de que la sociedad pueda seguir funcionando pese a las circunstancias. 
Hay que tener en cuenta que las empresas son esenciales en el funcionamiento de la sociedad, porque generan actividad económica, empleo, acceso a productos e influyen en una amplia variedad de capas dentro de las comunidades en las que están o a las que tienen acceso. Por tanto, urge encontrar maneras de sostenerse en el tiempo y, a través de alianzas y estrategias comunes, es más sencillo todo ese proceso.
El impacto de las decisiones de ambos sectores influirá tanto en la calidad de vida como en el correcto desenvolvimiento de la ciudadanía, en el plano inmediato como a futuro. El trabajo cooperativo es la mejor respuesta ante escenarios de incertidumbres, dudas y temores que, en la mayoría de los casos, son lógicos.
Entonces, es cuestión de adentrarse en relaciones institucionales pensando en cómo ayudar al otro para procurar un crecimiento conjunto. Esto debe tenerlo en cuenta, en especial, el sector público, que es el responsable de ofrecer mayores certezas teniendo en cuenta su impacto en las distintas escalas de la sociedad.
Es conveniente recordar que, cuando se trabaja junto a otros, se alcanzan mejores resultados en cualquier circunstancia.
Acerca de IMF Business School
Esta escuela de negocios nació en 2001 y, desde entonces, formó a más de 125 mil estudiantes.
Esto ha sido posible por su deseo constante de superación e interés por la innovación tecnológica, generando respuestas ante escenarios como el actual. En su plataforma digital se agrupan una serie de opciones que facilitan la enseñanza académica en áreas como las Ciencias Técnicas e Ingeniería, la Educación, las Ciencias Económicas y Empresariales, entre otra amplia gama de campos en los que se ofrecen más de 900 cursos.
De su paquete de opciones, las que más atracción generan son el Máster en Dirección y Administración de Empresas (MBA) y el Máster en Prevención de Riesgos Laborares, que han reconocidos en distintos rankings por su utilidad y la calidad de enseñanza de la institución.
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