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¿Venderías tus datos personales y tus opiniones?

Estamos cansados de oír que las grandes compañías utilizan nuestros datos para venderlos a otras empresas, principalmente de publicidad, para poder elaborar perfiles y utilizarlos para influir en nuestros hábitos de compra y en nuestras opiniones. Ante esta situación, hay quienes se están planteando vender ellos mismos sus propios datos, antes de que el beneficio económico se lo lleven otros.

¿Es posible vender sus datos de Facebook en eBay?

En mayo de 2018, después del escándalo de Facebook con Cambridge Analytica, un usuario de la red social decidió descargar todos los datos de su perfil y venderlos a través de eBay. La subasta comenzó en 0,99 libras (aproximadamente 1,15 euros) y, 40 pujas después, eBay cerró el anuncio por incumplir con las políticas de ventas y de privacidad del portal. En el momento en el que la plataforma cerró el anuncio, la subasta ya había superado las 300 libras (350 euros, aproximadamente), un importe muy superior al que hubiese obtenido vendiendo sus datos al por menor, según las opiniones de varios expertos.

Según contó posteriormente el chico, que llevaba 10 años registrado en Facebook, su objetivo era donar el dinero recaudado a la ElectronicFrontierFoundation, una organización sin ánimo de lucro que vela por la privacidad de los usuarios en Internet.

¿Cómo vender datos personales y opiniones por Internet?

Pero no hace falta utilizar eBay para vender tus datos directamente a las empresas de marketing y quedarte con el beneficio. Actualmente ya existen algunas plataformas que lo permiten, gracias a la tecnología blockchain. Entre estas se encuentran Solid, una plataforma creada por Tim Berners-Lee (fundador de la World Wide Web) en la que tan solo hace falta registrarse para que los compradores se pongan en contacto con el usuario. Según explican en el portal Wired, “te ofrecen criptomonedas a cambio de información como tus transacciones bancarias, tu historial médico o las fluctuaciones de tu termostato inteligente. Tú decides si el trato lo vale”.

Otro portal que permite vender tus datos es Wibson, que funciona con su propia criptomoneda (wibs) y permite a los usuarios ir acumulando wibs que pueden acabar cambiando por productos, servicios en la web o dinero real. Al iniciar la aplicación, el usuario debe marcar qué tipo de datos desea vender, sabiendo desde el principio, que cada ítem tiene un precio ya fijado: los datos de Facebook suman 23 wibs (la criptomoneda de Wibson); los de LinkedIn, 19; la geolocalización, 25; el perfil de Google, 18. Finalmente, cada vez que alguien quiere comprar datos, la aplicación envía una notificación al usuario.

¿Podemos vender nuestros datos para un bien común?

Hasta el momento hemos visto dos opciones que nos permiten hacer negocio con nuestros datos, vendiéndolos a empresas de marketing que desean conocer nuestros gustos y opiniones para poder segmentar la publicidad. Sin embargo, hay otro tipo de plataformas que permiten ceder o vender nuestros datos, principalmente de salud, para que se utilicen para un bien colectivo. Es el caso de dos proyectos desarrollados por Ideas for Change: Triem y Salus.coop.

Ambos proyectos tienen un mismo objetivo: que los ciudadanos decidan cómo, a quién y durante cuánto tiempo quieren ceder o vender sus datos de salud para que estos sean utilizados en estudios o investigaciones científicas, asignando licencias a la información. Cuando cualquier solicitante realiza una petición de datos, este debe especificar para qué tipo de investigación los pide, durante cuánto tiempo los pide, si se asegurará el anonimato, qué cantidad de datos necesita o si el resultado de la investigación será de difusión pública o privada. Teniendo en cuenta todos estos parámetros, los ciudadanos pueden decidir en qué condiciones ellos se sienten cómodos y están dispuestos a compartir sus datos.

El cooperativismo de estas plataformas da a los datos un valor agregado. No es lo mismo que una empresa farmacéutica compre individualmente los datos a cada usuario, que la misma compañía compre, a la vez, los datos de 300.000 personas que presentan un mismo problema de salud, por ejemplo, diabetes. En este último caso, los datos adquieren más valor y los usuarios tienen más poder para establecer las reglas del juego ante la empresa, empoderándolos para aceptar, declinar o establecer nuevas condiciones ante el solicitante.

Fuente: Conversia

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