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Cómo conseguir el éxito educativo: el profesor guía y el alumno decide

escuela alumnos

¿Os imagináis escuelas a las que los alumnos vayan a clase sin rechistar? ¿O que no quieran volver a casa porque están estudiando? ¿O que los profesores tengan que obligarles a salir al patio porque están haciendo un trabajo? Parece imposible, pero no lo es. 

Cada vez hay más colegios que están aplicando nuevas metodologías y formas de enseñanza para tener a sus alumnos constantemente motivados.

Alfredo Hernando, psicólogo y orientador en diferentes escuelas españolas sobre innovación educativa, nos explica las tendencias que están revolucionando el mundo entero.

¿Te atreves a descubrir cómo son las verdaderas escuelas del siglo XXI?

Alfredo Hernando
                                                          Alfredo Hernando, psicólogo y orientador

¿Qué es el proyecto Escuela 21?   

Escuela 21 es un proyecto  de financiación colectiva en el que han participado más de 40 colegios y más de 40 personas anónimas, gracias a los cuáles he podido viajar durante nueve meses por las escuelas más innovadoras del mundo (Australia, Nueva Zelanda, EEUU, Finlandia, etc.) y tengo pendiente ir Japón y Corea del Sur.

A medida que iba trabajando en colegios e iba descubriendo nuevas metodologías, nuevas maneras de enseñar y diseñar, poco a poco me fui informando y descubrí que había escuelas innovadoras que lo estaban haciendo realmente bien. Así que tomé la decisión de visitarlas.

 ¿Qué son las “escuelas innovadoras” ? ¿Cómo podemos saber cuáles son innovadoras y cuáles no?

Las escuelas innovadoras son aquellas que ante la realidad cercana social y global que están viviendo están atentas a lo que la investigación, la ciencia y la pedagogía determinan. Además están atentas a la evolución de la información y la comunicación tanto a nivel online, como a nivel offline para estar a la altura de las necesidades tecnológicas de sus alumnos.

También decimos que son innovadoras porque no obligan a los alumnos a pasar por el molde institucionalizado, lo que hacen es tratar de buscar caminos secundarios para crear una institución que permita a todos obtener buenos resultados.

Y es que lo primero que tenemos que entender es que los que podemos ser flexibles somos las instituciones y no obligar a los alumnos a tener que pasar por unos procesos que lo único que hacen es homogeneizar, en vez de personalizar.

Superaulas 
Escuela Northern Beaches Christian School en Sidney trabaja con un modelo de superaula.

Después del periplo por las escuelas 21, ¿qué es lo que más te ha sorprendido?

A mí hay una cosa que me impactó y es que en muchos de los sitios en los que he estado tengo el recuerdo de que

Teníamos que animar a los chicos para se fuesen de determinadas aulas porque era la hora del patio y para ellos lo que estaban haciendo era igual o más importante que su momento de descanso.

Y luego también nos encontramos con alumnos que los teníamos que echar de la escuela porque ya eran las siete de la tarde y todos sabíamos que ellos estaban muy a gusto, pero ya era momento de que descansasen en su casa.

La gente quería seguir trabajando y queriendo explicarte qué es lo que estaban haciendo. Y esto en algunos sitios del mundo se ha convertido en dame cinco minutos más y en otros sitios significa no aguanto ni cinco minutos más.

¿Cómo se organizan este tipo de escuelas? ¿Qué modelo educativo aplican?

La verdad es que existen muchas iniciativas y muchas edades distintas, por lo que resulta bastante complicado la explicación de qué modelos utilizan o cómo se organizan. Pero lo que sí tienen en común estas escuelas es que

La autonomía del alumno va in crescendo desde que empiezan en infantil hasta que acaban en secundaria. Se trata de compartir la responsabilidad de aprender.

Cuando tú estás trabajando con alumnos de primaria es necesario diseñar un pequeño itinerario o mapa de actividades donde pueden elegir ellos  qué actividades hacer y cuáles no hacer, pero siempre teniendo en cuenta que hay unas asignaturas y actividades obligatorias.

La figura  del profesor va a tener un papel de transmisor: nosotros les explicamos a los alumnos lo que tienen que saber en charlas de 12 minutos y después les dejamos la libertad para que trabajen por ellos mismos con una mayor autonomía.

Entonces,  ¿qué papel juega el profesor y cuál el alumno en este tipo de escuelas?

Lo primero que se hace con los alumnos es hacerles entender que los responsables del aprendizaje son ellos.

Como profesor decides las herramientas de evaluación, diarios de trabajo, portfolios, herramientas de acompañamiento o qué exámenes van a acompañar su proceso de aprendizaje.

Debes conseguir que los alumnos estén pendientes de lo que cuentas porque saben muy bien de qué dependen sus resultados porque al final es el profesor el que les va a evaluar y a explicarles lo que que necesitan saber para que aprendan lo que tengan que aprender.

Los alumnos saben que  los profesores estamos allí, que los podemos acompañar, pero la auténtica responsabilidad del proceso del aprendizaje es del alumno.

Dinamarca

Orestad Gymnasium en Copenhague (Dinarmarca). El eje principal de este colegio es la escalera, elemento vertebrador del movimiento y la enseñanza

¿Y cómo se toman los profesores este cambio de rol en las aulas?

Muchos profesores me preguntan: ¿Pero esto es tan complicado? Y yo les contesto que no, que es una propuesta en la que tú como profesor te pones delante del currículum y en vez de elegir seguir el orden lógico de los contenidos, es decir, tema 1, tema 2, tema 3, se trata de crear una situación para obligar a que la gente aprenda.

Para eso quizás tengamos que empezar por el tema 4. Y quizás no tenemos que empezar ni por los antecedentes, quizás tengamos que empezar por el desenlace porque tú estás planeando un proyecto, una investigación, un desafío donde los alumnos van interaccionar con el contenido.

 No hay que tenerle miedo, pero va a seguir una secuencia que induce al aprendizaje, que incita a que aprendas, no una secuencia lógica en la que yo, como profesor, te voy contando el rollo.

Es otra forma de enfrentarse a los mismos contenidos que has tratado hasta el momento, pero de una manera diferente.

Hasta ahora hemos visto que las Escuelas 21 están repletas de cosas buenas, pero, ¿cuál crees que es su mayor problema? Si existe alguno, claro.

El principal problema es que estamos acostumbrados a entender las cosas de una manera y eso es una contra muy grande. Lo que hay que entender, por encima de todo, es que la escuela no es una entidad impermeable, es decir, la escuela cuando llueve en el mundo se moja, como se moja todo lo demás.

Hay que ser conscientes de que el engranaje interno de cómo nos organizamos es muy susceptible a cambios porque si no, estamos echando siempre la culpa de que no tenemos los mejores resultados, que tenemos problemas de fracaso escolar en este país porque los alumnos vengan de aquí o vengan de allá o sean como sean.

Cuando realmente lo que se demuestra es que si tú das flexibilidad o cambias un poco el funcionamiento de la institución cambian enseguida los resultados de los alumnos.

Escuela Nueva

                                                         Estudiantes de la Esceula Nueva en Colombia

Entonces, ¿crees que si todas las Escuelas fueran 21 sería más fácil conseguir el deseado éxito educativo del que siempre se habla?

Sí, por supuesto.

El principal problema para conseguir el éxito educativo es que los cambios sólo pueden venir de la base y es imposible que ninguna legislación induzca a cambios.

Lo que pueden hacer las legislaciones es poner los soportes necesarios, es decir, tú eliges un camino y ese camino va a ser escarpado, entonces hay legislaciones que te ponen una barandilla al lado y quizás te puedas apoyar un poco y te ayudan a allanar un poco el terreno.

Pero el cambio necesario para obtener el éxito educativo viene principalmente de las acciones diarias, de la forma de trabajar del aula, de cómo esos profesores que están haciendo las cosas de otro modo se juntan: comparten su trabajo y da ahí crean una pequeña corriente que se va transformando en algo más.

Lo que tenemos que tener claro es que ese tipo de cambio tiene que venir desde la base y todo lo demás contribuirá, nos podrá ayudar pero hay que poner barandillas, empujar y allanar el camino de la gente que está en el aula.

Este cambio desde la base es el que se ha producido en las escuelas innovadoras de las que hemos hablado y es que todos sus alumnos consiguen terminar la educación secundaria, por eso decimos que son innovadoras porque todos consiguen lo que quieren desde la realidad que parten.

Hay un movimiento grande y muy importante que ha ido creciendo más y más gracias a las redes sociales.  Así pues, pienso que la perspectiva por el momento es buena, ahora hace falta tener la suerte de que se den fenómenos en un mismo sitio, en un  mismo colegio y que gracias a un proceso de sostenibilidad en el tiempo se dé ese proceso de cambio.

¿Qué os parece si véis el siguiente vídeo del Colegio Montserrat de Barcelona? Ellos aplican a la perfección el concepto de innovación educativa del que hemos estado hablando. ¡Ver para creer!

Si os ha gustado su proyecto podéis seguir su viaje por las Escuelas 21 en su blog.
También podéis seguirle en Twitter y Facebook.

2 comentarios en «Cómo conseguir el éxito educativo: el profesor guía y el alumno decide»

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