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El arte de curar heridas a través de tatuajes

La obra de arte más hermosa, sin duda, es el cuerpo humano, junto con todas sus imperfecciones y cualidades. No obstante, eventualmente se pueden presentar algunas situaciones que dejan huella en nuestra vida en forma de cicatriz; marcas que, para algunas personas pueden ser un recuerdo persistente de una vivencia complicada e, inclusive, ser el origen de algún tipo de complejo.

El arte de tatuar cicatrices es uno de los enfoques profesionales de los tatuadores que no ha sido tan conocido ni explorado.

Si quieres conocer todo acerca del perfil de las personas que demandan este servicio, y las características especiales que se requieren para llevar a cabo este tipo de trabajos, estás en el lugar indicado. Aquí te contamos en detalle todo lo que debes saber acerca de este oficio.

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¿Cuál es el perfil de la persona que se tatúa sobre las cicatrices?

Antes que nada, debemos tener muy claro que, una persona que busque hacerse un tatuaje sobre una cicatriz ha pasado por alguna experiencia complicada que ha dejado alguna huella en su piel. Con base en ello, podemos decir que existen dos tipos de clientes que pueden buscar un tatuaje para sus marcas: aquellos que pretenden hacerle un homenaje a esta marca, o las personas que quieren cubrirla para que no se note y, así, sanar sus heridas emocionales.

Un homenaje a una herida

En este caso, las personas buscan exaltar sus cicatrices a través de diseños originales que permitan evocar un recuerdo de esa experiencia. Hay una diversidad de formas que integran las cicatrices con diseños de costuras o cremalleras, por ejemplo; hay otros en los que se utiliza la marca como una parte adicional del diseño del tatuaje. Finalmente, hay personas que optan por las frases y diseños que hagan referencia a la experiencia que causó esa herida para recordarlos como algo superado.

De cualquier forma, el papel del tatuador será comprender la experiencia del cliente para ayudarle a encontrar un diseño que abarque las emociones que la persona desea plasmar en su piel. Por lo general, los sentimientos tienen que ver la fuerza, la autosuperación, la resiliencia, etc.

El camuflaje de una herida pasada

Aquí, podremos observar que la relación de la persona con su cicatriz es muy diferente al caso anterior, pues, en vez de tomar la situación que la causó como algo positivo, por el contrario, es una experiencia que preferiría olvidar. Por ello, es importante que el artista comprenda que, en este caso, el objetivo es idear un diseño que cubra la cicatriz y oculte al máximo las marcas en la piel.

En el momento de elegir el diseño, es sumamente importante que, además de entender la situación y las necesidades del cliente, tener en cuenta la forma, el tamaño y el relieve que caracteriza la lesión. De esta manera, el tatuador podrá proponer buenas ideas para lograr un resultado excelente que satisfaga las necesidades del cliente.

Las heridas más habituales

Como podemos ver, las cicatrices que se tatúan tienen muchas opciones. Entre ellas, tenemos, por ejemplo, algunas de tamaño muy reducido que son el resultado de cirugías menores como la eliminación de manchas, lunares, quistes, o inclusive, una operación de apendicitis. En esos casos, también habrá personas que busquen tatuarse sobre este tipo de lesiones cutáneas.

En cuanto a las cicatrices de gran tamaño, tenemos, por ejemplo, las huellas de operaciones de columna, accidentes de tráfico o quemaduras. En esta ocasión se expone el caso de cicatrices que causan un gran efecto emocional en la persona, pues pueden ser el resultado de autolesiones o cirugías producto del cáncer, como el caso de las mastectomías.

Tipos de cicatrices

En cada tipo de piel, el proceso de cicatrización se puede dar completamente diferente, por lo tanto, según cada caso, el artista se podrá encontrar con varias texturas de piel que se deberán abordar con la técnica correcta. A continuación, mencionaremos los tipos de cicatrices:

  • Cicatrices normales

Son un tipo de herida que sana muy bien, de manera que la piel en ese lugar tiene un grosor y un color muy cercano al del tejido sano. Cuando pasa el tiempo, apenas se pueden distinguir, así que son las más fáciles de tatuar. En este caso, el tatuaje podrá hacerse de manera normal, al menos que el cliente tenga alguna exigencia.

  • Cicatrices atróficas

En este caso, las marcas que quedan en la piel son, por lo general, producto del acné o erupciones en la piel. Su característica principal es la textura irregular en la piel, pues se presentan pequeños huecos en la zona afectada. Por lo general, estas marcas son causadas por la baja producción de colágeno en el momento de la cicatrización. Así que, si las huellas son poco profundas, el artista podrá tatuarlas normalmente, puesto que el pigmento podrá tapar eficazmente el relieve.

  • Cicatrices hipertróficas

En contraste con las anteriores, estas cicatrices ocasionan que la piel tenga un mayor volumen de lo normal; su aspecto, por lo general, es rojizo y produce dolor y comezón. En este caso, la causa de su aparición es el exceso de colágeno en el tejido durante el proceso de cicatrización.

Para tatuarlo, hay que tener en cuenta el volumen y el relieve de la zona porque serán un poco más difíciles de disimular, pues se deberá integrar su textura con un diseño que pueda lograr excelentes resultados.

  • Cicatrices queloides

Estas marcas son muy parecidas a las hipertróficas, pero, en este caso, presentan abultamiento en la lesión, de igual manera que en la piel que se encuentra alrededor de ella. La razón por la cual el proceso de cicatrización sucede de esta forma, es por el exceso de colágeno producido, pero, además por el exceso de tejido.

  • Cicatrices con contracturas

Este tipo de cicatrices son las huellas que ha dejado algún tipo de quemadura o la piel escaldada. Su mayor característica es una textura rugosa e irregular que no tiene uniformidad. Su origen se debe a que, durante el proceso de sanación de la piel, el tejido se contrae formando pliegues.

Este tipo de cicatrices son las más difíciles de disimular debido a su textura. Sin embargo, una buena opción sería aprovechar la zona quemada para integrarla con el diseño en su totalidad.

Aspectos que se deben tener en cuenta a la hora de cubrir cicatrices

Es realmente importante que, antes de realizar un diseño en una cicatriz, haya pasado un tiempo prudente en el que se produzca la regeneración completa de los tejidos; aproximadamente entre un año y 18 meses, dependiendo del tipo de herida y las posibles complicaciones que se puedan presentar en el proceso de cicatrización bajo la piel.

Puede existir la posibilidad de que el cliente tenga un nivel de sensibilidad diferente en las zonas cicatrizadas. Mientras que en algunas zonas se perderá por completo la sensibilidad, habrá otras en las que los tatuajes resulten más dolorosos. Es muy necesario que el tatuador hable con el cliente antes de comenzar la sesión para conocer plenamente las características de este.

En conclusión, los tatuajes para cubrir cicatrices son muy comunes en la actualidad, además de ser un enfoque en donde el artista puede ayudar a sus clientes a sentirse más cómodos con su imagen después de una situación complicada que les haya causado algún trauma, como algún accidente o enfermedad.

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