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¿Has pensado en cubrir una cicatriz con un tatuaje?

El cuerpo humano con todas sus perfecciones e imperfecciones, es la creación más hermosa que ha existido en este mundo. Aún así, existen dos marcas en nuestra piel que son para siempre: las cicatrices y los tatuajes. Las cicatrices son producto de algunas circunstancias de la vida que nos dejan huella, en ocasiones se relacionan con algún momento trágico que puede convertirse en un complejo. Por eso, cada vez más personas recurren a los tatuajes para ocultar esas marcas del pasado.

¿Quieres saber qué grupo de clientes demandan estos servicios y qué necesidades específicas se necesitan para llevar a cabo este trabajo? Aquí te contaremos cómo los profesionales realizan la tarea de tatuar cicatrices. Por otro lado, si quieres profundizar en este aspecto la Escuela Des Arts pone a tu disposición el Curso de Tatuador Profesional, completamente online, donde aprenderás las técnicas de dibujo aplicada a la piel y sus características. ¡Aprovecha y aprende a tatuar ahora!

Tatuar sobre tejido cicatricial no es lo mismo que hacerlo sobre la piel sana e intacta, aún así, muchos tatuadores aseguran que es una demanda cada vez más habitual entre sus clientes. Sabemos que hay varios tipos de clientes a la hora de tatuar cicatrices, están los que quieren hacer un homenaje a la lesión y, por otro lado, están los que desean cubrirla completamente para camuflar y reponerse emocionalmente. Lo que si es cierto, es que cualquier persona es libre de cubrir su cicatriz de la forma que desee y ocultar esa traumática experiencia que ha dejado marcas en su piel.

Los clientes que quieren cubrir su cicatriz para rendirle un homenaje a una lesión, encontrarán la manera de elogiar sus cicatrices con originales diseños que tengan la función de recordar esa experiencia. Los tatuadores afirman que las cicatrices se cubren habitualmente con diseños de cremalleras o costuras. El límite es la imaginación para conseguir un diseño único que nos recuerde la causa que produjo la cicatriz y que no tenemos que avergonzarnos de ellas. Tu rol como tatuador, será empatizar con sus experiencias y si el cliente no tiene la idea aún, tendrás que descubrir ese diseño que exprese sus emociones para poder plasmarlas en su piel.

Por otro lado, los clientes que deseen camuflar una herida pasada, buscarán disimular al máximo sus marcas en la piel y olvidar esa experiencia, por ende, el tatuador deberá hacer lo posible por crear un diseño que oculte esa huella. Para ello deberás tener en cuenta que la zona donde se va a tatuar debe estar curada y además revisar la forma y el relieve de la lesión, así podrás realizar tu trabajo y conseguir una mayor satisfacción del cliente.

¿Qué tipo de heridas son las más habituales?

Algunos de los tatuajes más llamativos, por su tamaño, son los que cubren cicatrices a lo largo de la columna vertebral, también se utilizan tatuajes para tapar quemaduras, accidentes, cicatrices de apendicitis o de reparación ósea. Así mismo, hay clientes que no solo les gusta cubrir manchas o cicatrices no quirúrgicas, sino que también les gusta ocultar lunares y quistes benignos. Otro caso particular es el de las personas que deciden tapar con un tatuaje las cicatrices por causa de autolesiones, consecuencias de un cáncer o mastectomías, las motivaciones suelen ser dejar de esconder esas zonas por vergüenza a que otras personas las vean y, sobre todo, dar un paso adelante en la superación del problema.

Hay diferentes tipos de cicatrices a la hora de tatuar, tendrás que escoger la técnica correcta para plasmar el diseño en la piel. Estos son algunos ejemplos de cicatrices:

Las cicatrices normales: esta clase de cicatrices son las más sencillas de tatuar, casi siempre sanan rápido y de forma adecuada, lo que significa que se asemejan mucho al tejido sano respecto a su color y grosor, con el tiempo se van haciendo invisibles. Por lo general tatuar sobre una cicatriz es más doloroso, pues la zona está más sensible.

Las cicatrices atróficas:  algunas personas que sufren de acné o erupciones y, quedan con pequeñas marcas antiestéticas por la disminución de colágeno al momento de cicatrizar, esto da como resultado que la piel quede con una textura desigual donde se observan pequeños huecos. Estas cicatrices se pueden tatuar siempre y cuando las marcas no sean muy profundas y se logre disimular el relieve.

Las cicatrices hipertróficas: a diferencia de las atróficas, estas cicatrices aparecen cuando se produce un exceso de colágeno en la zona de la herida. Son elevaciones gruesas que sobrepasan el nivel de la superficie normal de la piel, pueden provocar dolor, comezón y su color suele ser rojo.

Las cicatrices queloides: es parecida a una cicatriz hipertrófica, pero mucho más abultada. Se extiende más allá de la zona de la herida y también se produce por un exceso de colágeno, puede causar picor y ardor intensos.

Las cicatrices con contracturas: son las cicatrices que quedan en las heridas producidas por quemaduras. Estas heridas se curan con la contracción del tejido, lo que produce una deformación en la zona afectada con una textura rugosa e irregular con un aspecto poco uniforme. Debido a estas características, son unas cicatrices complejas de cubrir ya que se debe dimensionar la herida provocada por la quemadura e integrarla con el diseño, es tu reto hacer de éste un buen tatuaje.

Esto es lo que debes tener en cuenta a la hora de tatuar cicatrices:

  1. Aunque el cuerpo de cada persona es un mundo, y dependiendo de la zona que vayamos a tatuar el grado de dolor que se experimenta es muy diferente, siempre que hablamos de tatuar sobre una cicatriz hay que tener en cuenta que dolerá mucho más que si tatúas sobre otra zona del cuerpo. Esto es debido a que las cicatrices son una piel más sensible y tersa. Por lo tanto, a menos que las terminaciones nerviosas de la piel en dicha zona hayan muerto, debes tener en cuenta que dolerá mucho más.
  2. Para realizar un tatuaje sobre una cicatriz producto de una operación, lesión o quemadura, debes esperar a que esta haya tomado su tono natural y que los tejidos se regeneren hasta que se vea como piel sana. Esto sucede cuando pasen alrededor de 2 años y 6 meses, esto varía según el tipo de herida y las complicaciones que se puedan generar en la superficie.

En definitiva, las cicatrices forman parte de nuestras experiencias, malas o buenas. Debemos ser conscientes de que muchas veces reducen el autoestima o nos traen malos recuerdos, pero siempre puedes recurrir a camuflarlas con una bella obra de arte, si estas lesiones te afectan de manera especial. Es menos perjudicial e invasivo que una técnica de abrasión u operación quirúrgica para eliminarlas o disimularlas.

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