Encuentra tu curso ideal

9%

¿Qué quieres estudiar?

La educación en confinamiento: Retos y oportunidades

estudiar bachillerato

La pandemia nos tomó a todos por sorpresa este 2020 y el sector educativo no ha sido la excepción, la suspensión de las clases presenciales desde el pasado 12 de marzo ha obligado a la comunidad educativa a replantear su sistema.

Para que los alumnos puedan acabar el año, los profesores y orientadores educativos han decidido darle una vuelta a la situación.

Guiar a los estudiantes durante el confinamiento puede ser una tarea desafiante para los educadores. Pasar de la noche a la mañana de una impartición presencial a plataformas y herramientas digitales, reestructurando sus metodologías de enseñanza para incorporarse al mundo online, es algo totalmente nuevo para el educador.

Desafíos y oportunidades para la educación y los maestros

Existen muchos profesionales, educadores y psicopedagogos dispuestos a ayudar y capacitados en la materia, pero encontrar los medios precisos para llegar a los estudiantes en esta nueva situación, no ha sido fácil. Primero porque los orientadores no estaban preparados para llevar sus métodos educativos a plataformas digitales y segundo porque muchos no cuentan con la formación para dar sus contenidos a través de internet.

  • Espacios improvisados 

Las cocinas, salas de estar y salones se han convertido en aulas improvisadas. El confinamiento ha obligado a trasladar la relación profesor y alumno a través de una pantalla. Un reto al que muchos profesores intentan manejar con normalidad a pesar de que es una situación a veces complicada.

  • Nuevas herramientas tecnológicas

Para muchos educadores se ha convertido en un reto personal y profesional, ya que si bien es cierto que, en las aulas presenciales de clase, los estudiantes y maestros solían utilizar la tecnología, nunca llegaron al extremo de reemplazar su salón por un ordenador. La mayoría de los profesores han aprendido sobre la marcha y se han adaptado a esta nueva circunstancia. La buena noticia es que la recepción por parte de los estudiantes es favorable, motivando a los maestros a seguir construyendo sus objetivos educativos a través de estas herramientas.

  • Miedo a la pérdida del progreso formativo online

Otro de los retos que expresa la comunidad de educadores es la normalización de la educación online. Los maestros han puesto todos sus esfuerzos en la continuidad de la enseñanza desde los inicios de la pandemia. Los estudiantes empiezan a asimilar y a responder ante esta nueva metodología favorablemente, pero los educadores temen que, una vez regresen a las aulas de clase, se pierda todo el camino recorrido en asimilación y buenas prácticas educativas virtuales.

  • Adaptación a la desigualdad

Para los maestros, el confinamiento no solo ha hecho que se retén como profesionales, sino que descubran la dura realidad que enfrentan muchas familias. Adaptarse a las necesidades de cada uno de sus estudiantes no ha sido tarea fácil. Algunos alumnos no cuentan con acceso a internet, desconocen cómo funcionan las plataformas interactivas y otros no tienen ordenador. Así que cada profesional ha tenido que llevar su creatividad al máximo. Aplicaciones como WhatsApp, han sido algunas de las herramientas que han ideado los profesionales para evitar que los estudiantes vulnerables se retrasen en su proceso formativo. Una nueva actitud y cambio de mentalidad.

  • Manejar el caos y la desconexión

Estar acostumbrado a impartir clases durante años de manera presencial bloquea el panorama de los retos que puede suponer llevar una clase de manera virtual. Las videoconferencias pueden llegar a convertirse en un completo caos. Los estudiantes hablan a la vez, escriben constantemente por el chat, no respetan los turnos de participación y el típico “¡Cállate!” aquí no funciona. Es un reto enseñar a los alumnos a gestionar su participación a través del ordenador. Todos tienen las mismas necesidades a la vez y exigen respuestas inmediatas que un solo profesor no puede gestionar simultáneamente. Sumado a esto, las fallas de la conexión a internet, cortando la comunicación no aportan al desarrollo de una clase.

Desafíos y oportunidades para las familias y estudiantes

Los estudiantes tienen la oportunidad de aprender a optimizar su tiempo para gestionar toda una nueva carga de deberes extracurriculares y nuevas metodología de estudio que han surgido durante el confinamiento. Las familias deben prestar atención a los niveles de motivación y concentración en cada clase de sus hijos para obtener el máximo beneficio en el aprendizaje y las comunidades en general deben buscar soluciones que permitan mitigar el reto de la brecha educativa para la población más vulnerable. 

  • Exceso de trabajo extracurricular

Uno de los mayores retos que les ha supuesto a los estudiantes el confinamiento es la sobrecarga de tareas y deberes que han tenido durante la estancia en casa. Los alumnos nunca se habían enfrentado a una situación de este estilo, por lo que supone una nueva oportunidad para ellos con la ayuda de sus padres, para que adecuen las rutinas educativas y sean más productivas. Esto les permite cumplir con el temario del año, supliendo la inasistencia al salón de clases.

  • Contenidos motivadores 

En el caso de los estudiantes de primaria, la familia tiene el reto de recrear ese ámbito afectivo inherente al aula en casa para que el estudiante se motive e interactúe con sus compañeros de clase y realice los deberes. Trasladar al aula virtual las asignaturas más creativas y las actividades extraescolares (danza, canto, baile, ejercicio) puede ser una alternativa para generar el interés del alumno a continuar los estudios a pesar del distanciamiento social.

  • Pobreza, desigualdad y brecha social

Según la UNICEF 154 Millones de niños en el mundo están sin escuela de manera temporal a causa del confinamiento, lo cual hace que el riesgo de deserción se incremente para niños, jóvenes y adolescentes en condiciones de vulnerabilidad

El reto educativo, no es el mismo para todos los ámbitos sociales. Para algunas familias, no solo en España sino en los países en desarrollo, la epidemia empeorará la brecha educativa. El confinamiento en casa perjudica el rendimiento de los niños en las familias más humildes. Según la ONG Save the Children, un 42% de las familias con ingresos menores a 900 euros, no disponen de un ordenador en casa y un 22% ni siquiera tiene acceso a internet lo que imposibilita que el estudiante acceda a educación de calidad.

No cabe duda de que la virtualidad ha venido para quedarse y la presencialidad debe ser desarrollada a través de internet. Pero la educación no puede ser el privilegio de unos cuantos. Las barreras educativas por fronteras, clases sociales y nivel socioeconómico deben quedar en el pasado y desaparecer. Un aula global es la oportunidad que presenta esta nueva situación de aislamiento y es deber de todos como gobierno, familia, empleados, profesores o estudiantes alcanzar esta meta, gracias a las nuevas herramientas digitales disponibles. Reinventar la educación y asesoramiento durante la época de confinamiento no es algo posible sino necesario. El desafío está en trasladar las capacidades de los profesores al aula virtual, para que puedan ser tan eficientes en su labor como lo eran de manera presencial y hacer que los estudiantes encuentren la cercanía y emocionalidad de una experiencia presencial a través de estas herramientas tecnológicas.

¿Te ha gustado esta nota? Puedes seguir leyendo el resto del contenido de nuestro blog dando click aquí.

Deja un comentario