¿Qué tipo de curiosidad es la tuya? ¿Qué ventajas te puede aportar en tu vida laboral? Todos los niños son curiosos: quieren saber para qué sirven las cosas y no paran de preguntar el temido “¿por qué?”. Sin embargo, no todos los tipos de curiosidad son iguales: hay personas indiscretas y fisgonas y hay quien está más bien preocupado por cómo funciona un motor de tres tiempos. Según indican los estudios, ser curioso es fundamental para aprender, mantenerse activo y adaptarse a nuevas circunstancias. No obstante, según qué tipo de persona curiosa seamos, estaremos más dispuestos a enfrentarnos a un escenario u otro.
Así lo demuestra un estudio realizado a tres mil trabajadores de los EEUU, Alemania y China, que indica que la curiosidad mejora siempre los resultados laborales. En concreto, el 84% de los trabajadores curiosos generan nuevas ideas y el 64% obtienen ascensos laborales directamente gracias a ella. Así pues, ser curioso es de gran importancia, pero no todos los tipos de curiosidad son iguales.
¿Qué tipos de curiosidad existen? ¿Cuál es la tuya?
Un estudio liderado por Todd Kashdan, profesor de la Universidad de George Mason (Virginia, EEUU) llegaba a la conclusión de que existían 5 tipos de curiosidad:
- Exploración alegre. Es el curioso clásico, que siente alegría y diversión por aprender cosas nuevas, desde las más cotidianas a las más complejas. Aquel que quiere emprender un nuevo hobbie, aprender un nuevo idioma, descubrir la cultura de un país vecino, etc., está desarrollando su exploración alegre.
- Curiosidad de necesidad. Se diferencia de la anterior porque la necesidad de saber —la curiosidad— genera angustia o tensión. Por ejemplo, cuando te propones descubrir la solución de un problema, quieres conocer la fecha de entrega de un TFG o la convocatoria de unas oposiciones estás desarrollando la curiosidad de necesidad.
- Tolerancia al estrés. Aparece cuando se acepta la ansiedad en casos parecidos a los anteriores, pero que generan cambios. Este tipo de curiosidad reduce la resistencia a la novedad y permite preguntarse cómo será la situación posterior. Si estamos empezando una nueva etapa en una ciudad y queremos buscar piso, conocer los precios de la zona donde es posible que vivamos, o cómo será el entorno de nuestra etapa universitaria, estamos buscando conocer información con la que calmar nuestro estrés.
- Curiosidad social. Es el tipo más típicamente “cotilla”, aunque no siempre es así: es querer saber por qué la gente actúa de una forma u otra o qué piensan por un sentimiento de empatía. Cuando un amigo está más callado de lo habitual, cuando te cruzas con un antiguo compañero del instituto y os ponéis al día, estáis poniendo en práctica la curiosidad social.
- Búsqueda de emociones. Es la curiosidad de hacer parapente o viajar de mochileo por países exóticos: es asumir riesgos para vivir experiencias nuevas. Tirarse en paracaídas, reservar un vuelo en el último momento, o lanzarte a una aventura inesperada pueden ser, además, otros ejemplos.
La curiosidad mejora el éxito laboral y, como demuestran los datos, es esencial desarrollarla en diferentes ámbitos. Tener empatía generará un mejor clima de trabajo y te ayudará a entender a los clientes, mientras que la fascinación por explorar hará que se te ocurran ideas que nadie había pensado antes y dirigir proyectos propios. Si eres de los que solucionan problemas y toleras el estrés, es probable que tengas un futuro brillante, porque podrás dar lo mejor de ti a tu equipo y alcanzar los objetivos que te plantees. Del mismo modo, tus compañeros podrán ver en ti un ejemplo de liderazgo y superación a imitar.
Y tú, ¿Qué tipo de curiosidad tienes? ¡Déjanos tus opiniones en los comentarios!
Fuente: El País
Este artículo ha sido actualizado en 2021.
Megustaria saber más sobre este tema un no se talvez una encuesta varias personas seleccionadas por estratos socioeconómicos y de aprendizaje para ellos que es la curiosa me gustaría un informe más detallado