Los datos son claros e inequívocos: para escalar posiciones en puestos directivos, hace falta tener un postgrado en dirección de empresas (MBA). Así lo ponen de manifiesto las conclusiones del Observatorio de Empleo de Fundesem Business School (FBS). En concreto, el Departamento de Carreras Profesionales del FBS explica que “el MBA te abre puertas, ya que te diferencia respecto a los demás. Las empresas acuden a escuelas de negocios de prestigio a la hora de reclutar personal”. De este modo, según el estudio de FBS, el MBA es el máster más solicitado por las empresas, ya que es el preferido para ocupar cargos directivos, con porcentajes de demanda del 70%, y mandos intermedios, solicitado en el 62% de los casos.
Queda claro, por lo tanto, que un máster en dirección de empresas es casi imprescindible si quieres llegar a ocupar algún cargo directivo. Aunque también se valoran otras capacidades, como la experiencia, los idiomas o las aptitudes en el trabajo, todas estas cualidades se dan por supuestas: “frente a dos candidatos similares, que cumplan con las exigencias del puesto, los reclutadores siempre escogerán al del MBA”, explica María Luz Pomares, directora del Departamento de Carreras Profesionales del FBS. Pomares también recalca que es importante elegir una universidad que ofrezca servicios de bolsa de trabajo y otras prestaciones para exalumnos. Por todo ello, María Luz Pomares es tajante: estudiar un MBA es esencial para mejorar las perspectivas profesionales, tanto de promoción y salario como para comenzar un negocio propio.
10 competencias profesionales imprescindibles que te aportará el MBA
Veamos el top 10 de competencias que te ayudará a desarrollar un MBA:
- Especialización cualificada en el área empresarial para poder asumir roles directivos.
- Visión integral, global y estratégica de una empresa.
- Alta capacidad de gestión a todos los niveles.
- Planificación y organización, dinamismo e iniciativa propia.
- Habilidades relacionales y comunicativas en los procesos de negociación.
- Flexibilidad y adaptación al entorno de los negocios.
- Mejor resistencia a la presión; resiliencia.
- Mayor optimismo, motivación y confianza para cumplir objetivos.
- Capacidad de innovación y de convertir retos en posibilidades.
- Mayor autonomía e independencia.
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Fuente: MarketingDirecto.com
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