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Psicomeditación: Integración de técnicas de meditación y psicoterapia para potenciar nuestro desarrollo personal y espiritual

Oriente y Occidente, se están dando la mano. Cada vez más, necesitamos mirar  otros horizontes, encontrar propuestas que nos abran nuevos caminos de reencuentro con nuestro verdadero ser. Las filosofías orientales, ponen a nuestra disposición herramientas muy valiosas de meditación, para profundizar en la búsqueda espiritual y personal de nuestra esencia. La Psicoterapia Humanista pone a nuestro servicio técnicas para favorecer la autonomía y autorrealización del individuo de forma sana y holística.

Vivimos en una sociedad de consumo que aúna sus fuerzas para alejarnos de nosotros mismos, de lo que verdaderamente es importante. Nos crea continuamente necesidades que no tenemos, e intenta distraernos con el mundo de la ilusión. En el camino, nos olvidamos de lo valioso: conocernos, cuidarnos, generar compasión, ser generosos, tolerantes,… Fomentar cualidades que nos humanizan y aceptar  la realidad tal y como es, ocupándonos de nosotros y de los demás.

A través de la integración de técnicas de meditación y psicoterapia podemos liberarnos de esos condicionamientos e ir redescubriendo quien somos en realidad.

Proceso terapéutico y toma de conciencia.

Cuando acudimos a una terapia, algo de nuestra vida no funciona bien. Podemos tener problemas de relaciones, laborales, personales,…quizá haya situaciones que se repitan una y otra vez sin saber porqué y no nos dejen ser felices. Cada persona llega con un objetivo diferente. Es importante que aprendamos a conectarnos con nosotros mismos de forma honesta, sin rechazar ni ensalzar nada. Estar atentos a los bloqueos y mecanismos repetitivos profundos que impiden nuestra autorrealización para poder conocerlos y si es necadharaesario, cambiarlos

Con  la meditación desarrollamos la presencia del “testigo consciente”. Aprendemos a observar sin juicios ni análisis todo aquello que acude a nuestra mente. Al aceptar la realidad tal y como es, de forma ecuánime, nos relacionamos con  nosotros mismos desde un lugar más profundo. Conectamos con nuestra verdadera esencia en un espacio de quietud y silencio. Expandimos nuestra conciencia más allá de emociones, pensamientos o sentimientos. Con la práctica aprendemos a mantener esa “atención consciente”  o “mindfulness” en nuestra vida diaria.  Observamos cómo nos relacionamos con nuestro entorno desde la  ecuanimidad, sin prejuicios.

En el proceso terapéutico, asumimos la responsabilidad de nuestras acciones y reajustamos aquello que impide nuestra realización personal. A lo largo del camino nos despojaremos  de muchos mecanismos que nos ayudaban a mantenernos en un frágil equilibrio y elegiremos  otros nuevos, más sanos y honestos, para desarrollar todo nuestro potencial.

Resistencia al cambio

El falso ego va desapareciendo y  en   nuestro entorno a veces no tiene espacio un “ego sano”.

Cuando iniciamos un proceso de cambio, podemos encontrar resistencias de nuestro “falso ego” y  de personas que nos rodean.

Cuesta aceptar la “nueva identidad” por múltiples razones: seres queridos se pueden sentir traicionados: “¿dónde está la persona que yo conocí…?, “; defraudados: “no eres como yo pensaba…” cuando en realidad están pensando “no eres como yo quiero que seas”; asustados, en ocasiones hacemos de espejo en los demás para bien o para mal. Hay personas que no se alegran de la evolución de los demás, porque les están recordando lo que ellos podrían hacer y no quieren. Es una manera de llamar la atención a sus conciencias dormidas, y cuando uno duerme plácidamente, no siempre le gusta que le despierten y menos para hacer esfuerzos.

Sin embargo, cuando entramos en contacto con nuestro ser más profundo, desarrollamos una gran capacidad de amar y las relaciones mejoran hacia todos. Nos liberamos de aquello que nos producía ansiedad e insatisfacción. Todos los que nos rodean reciben esa influencia y se benefician de ella. 

Búsqueda del Ser

Una vez que hemos emprendido el camino, el compromiso interior, la búsqueda de nuestra  verdadera identidad, ya no hay marcha atrás. Por mucho que queramos perdernos o rezagarnos en el trayecto, una parte de nosotros siempre estará alerta y llamando nuestra atención cuando nos  alejamos demasiado del objetivo.

 Se ha comenzado la auténtica búsqueda del Ser. Sólo en esta andadura podremos encontrarnos con quien realmente somos, y de forma natural, la identidad emocional patológica que nos ayudó a sobrevivir dejará  el lugar a la verdadera. Aquella que siempre ha estado latente en  nuestro interior, esperando ser potenciada.

Nos redescubrimos  y empezamos a  construir lo que es sano para nosotros. Es un camino gradual que requiere compromiso, perseverancia  y determinación.

Psico-meditación: integración de meditación y psicoterapia

 La psicoterapia nos ayuda  a descubrir y enfrentarnos a  nuestros miedos, a liberarnos de los bloqueos que están impidiéndonos avanzar en la consecución de una vida plena y feliz y nos proporciona autonomía.

La meditación nos da las herramientas para reconectarnos a nivel profundo con nuestra mente luminosa y aprender a mantenernos en quietud y armonía en ese vacío que aparece cuando la “piel” que nos ha acompañado durante tantos años se va mudando por una nueva.

Si los pasos se van dando en paralelo es más protector para la persona.  De esta manera,  la sensación de inquietud que aparece en el proceso terapéutico, cuando hay que dar un paso y no hay vuelta atrás, se convierte en la experiencia de un “vacío fértil”, de un espacio sereno y  profundo, lleno de calma, quietud y bienestar. Si hemos descubierto y experimentado a través de la meditación ese espacio que nos pertenece por derecho propio, la sensación puede ser enriquecedora porque nos permitirá descubrir que ese “vacío luminoso” es  nuestra verdadera esencia. Nos  ayudará a que desaparezcan el miedo,  los bloqueos mentales y emocionales de forma natural y progresiva.

La práctica de la meditación nos equilibra a nivel subconsciente, favoreciendo que afloren conflictos no resueltos a nuestro consciente. En el proceso terapéutico vamos resolviendo, construyendo y fortaleciendo facetas dormidas que hemos ido descubriendo. Estas facultades necesitan  espacio y reconocimiento para integrarlas y convertirlas en  una vía de esperanza.

Son nuevas herramientas, cualidades reveladas en nuestra toma dadharae conciencia, que seguramente hayan aflorado al liberarnos de nuestro ego neurótico. Máscara maravillosamente moldeada, que nos ha acompañado y protegido durante años. Es como despedirse para siempre de un viejo amigo con el que hemos compartido momentos importantes de nuestra vida. Ahora sabemos que nuestros caminos se separan y debemos recorrer  nuevos horizontes con energías renovadas.

Los grandes maestros espirituales hablan de lo importante del desapego. Desapegarnos de nuestro falso ego. No del ego sano que nos permite comunicarnos y relacionarnos sanamente, sino de nuestro “ser aparente” o “falso self”. Aquél que nos impide crecer, ser generosos, tolerantes, compasivos, autónomos, y en definitiva  libres de elegir nuestro propio destino. Ese es del que debemos deshacernos.

El camino integrador  entre la psicoterapia y la meditación, facilita la toma de conciencia de nuestros bloqueos emocionales, y de su disolución. Nos permite estar en contacto con nuestro Ser en todo momento, ejerciendo una función beneficiosa y protectora.

1 comentario en «Psicomeditación: Integración de técnicas de meditación y psicoterapia para potenciar nuestro desarrollo personal y espiritual»

  1. Grandiosos aportes, las prácticas de meditación ayudan a liberarnos de miedos, bloqueos, culpas e ideas negativas que nos causan conflicto, por eso se integra de forma adecuada a una psicoterapia, entender nuestro esencia nos ayudará a resolver cualquier problema y avanzar en el crecimiento personal.

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