Favorecer la inclusión en la sociedad, fomentar la diversidad y acompañar a las personas en su adaptación a otras culturas y países, son algunos de los objetivos de la integración social. A continuación, te explicamos cuáles son sus campos de actuación y en qué se diferencia del trabajo social, ya que son disciplinas que se tienden a confundir.
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Definición de integración social
La integración social engloba un conjunto de medidas que promueven la aceptación de los colectivos minoritarios y vulnerables en la sociedad. El objetivo de esta disciplina es acompañar a desfavorecidos, inmigrantes o grupos en riesgo de exclusión social para favorecer su calidad de vida e interacción con el entorno.
Entre las funciones de los integradores sociales destaca la aplicación de planes de inclusión, la mediación social y la resolución de conflictos, además de promover la aceptación de la diversidad.
Diferencia entre integración social y trabajo social
Integración y trabajo social son disciplinas que tienden a confundirse. Si bien es cierto que ambas se ocupan de los colectivos más vulnerables, hay algunas diferencias en sus aplicaciones.
- La integración social lleva a cabo las acciones pautadas por los trabajadores sociales, fomentando una mejora en las relaciones sociales y dando apoyo en procesos de adaptación al medio. Asimismo, la labor de los integradores sociales está más próxima a la psicología y la educación social.
- El trabajo social engloba tareas más burocráticas y propias de los servicios sociales y exige otro tipo de formación distinta a la que requieren los integradores sociales.
Ámbitos de intervención del integrador social
Las aplicaciones de la intervención social van desde la promoción de la inserción educativa y laboral, pasando por la mediación familiar e intercultural, hasta la prevención de la violencia y la atención a grupos con discapacidad y necesidades específicas:
- Víctimas del maltrato y el acoso físico y/o psicológico.
- Personas mayores y en situación de dependencia.
- Colectivos con problemas de adicción y trastornos relacionados con sustancias.
- Discapacitados físicos e intelectuales.
- Menores en situación de riesgo social.
- Inmigrantes.
- Personas desempleadas y/o desamparadas.
Las salidas de la integración social están enfocadas a la prestación de servicios sociales y en ámbitos relacionados con la cooperación social, como las ONG y otras entidades sin ánimo de lucro. También se incluyen los centros de acogida de menores y personas en condiciones de vulnerabilidad social.
Más allá de las aplicaciones técnicas de esta especialidad, los profesionales que desarrollan su actividad en la integración social deben poseer ciertas habilidades. Por ejemplo, la empatía es un valor esencial, ya que es importante comprender la situación de riesgo social que atraviesa una persona para brindarle el apoyo que necesita. También es clave tener buenas dotes de comunicación y habilidades para resolver problemas en la convivencia social, entre otras aptitudes.
