¿Qué hay que hacer para prejubilarse?

Siempre se dice que el sueño de todo trabajador es jubilarse para poder disfrutar de una etapa de la vida libre de obligaciones profesionales. Pues bien, por suerte o circunstancias de la vida, antes de producirse la jubilación, es posible que se lleven a cabo también otras dos situaciones más: la jubilación anticipada o la prejubilación. Aunque en ciertos contextos la prejubilación y jubilación anticipada pueden utilizarse como sinónimos, lo cierto es que no lo son en esencia. Es más, no tienen nada que ver la una con la otra.

Por este motivo, si quieres conocer más acerca del acuerdo que se produce entre el trabajador y la empresa, y que conocemos por prejubilación, te animamos a que sigas leyendo. Vamos a explicarte en qué consiste y en qué se diferencia de la jubilación anticipada.

¿Qué diferencia hay entre la jubilación anticipada y la prejubilación?

La diferencia entre la jubilación anticipada y la prejubilación es enorme. Ambas son consideradas tipos de jubilación, pero abarcan significados y aplicaciones diferentes. A continuación te mostramos las diferencias principales entre una y otra:

La prejubilación no está regulada por la Seguridad Social, la jubilación anticipada sí. Como la prejubilación no está recogida en el sistema público, no existe la figura del prejubilado. Se trata de una situación del ámbito privado, que acuerdan con condiciones concretas el trabajador y la empresa en la que ha trabajado. La jubilación anticipada es adelantar la edad ordinaria de jubilación. Esto es, permite finalizar  la vida como trabajador activo antes de llegar a la edad ordinaria de jubilación. En este caso, puede ser forzosa o voluntaria. A diferencia de la prejubilación, las condiciones y los requisitos en la jubilación anticipada son iguales para todos los trabajadores.

A la prejubilación no pueden acceder todos los trabajadores ya que, como acabamos de explicar, se trata de un acuerdo privado. Por este motivo, y a efectos de la Seguridad Social, lo habitual suele ser que la empresa pague a su prejubilado lo pactado y que siga pagando su cotización a la Seguridad Social. El prejubilado, por su parte, cobrará su subsidio por desempleo en las condiciones y cantidades que le correspondan igual que otros ciudadanos sin trabajo. Sin embargo, a la jubilación anticipada pueden acceder todos los trabajadores que cumplan con los requisitos legales determinados.

¿En qué consiste la prejubilación?

Se produce la prejubilación desde el momento en que el trabajador y el empresario deciden romper su relación laboral y firmar un acuerdo. Este contrato durará hasta que el empleado alcance la edad de jubilación. En ese momento, dejará de ser prejubilado para pasar a ser jubilado y por lo tanto, dependiente del sistema público de la Seguridad Social. Más allá de este acuerdo entre trabajador y empresa, no hay otros requisitos específicos a los que acogerse.

La prejubilación suele ser muy común en trabajadores con edades próximas a jubilarse, pero que todavía no pueden acogerse a la jubilación anticipada. Es entonces cuando el empleado y la empresa llegan a un acuerdo hasta el momento en el que pueda solicitar dicha jubilación anticipada o incluso, la jubilación ordinaria.

¿Cuánto cobra un prejubilado?

Lo cierto es que no hay una única retribución marcada o forma de calcular cuánto cobra una persona prejubilada. No obstante, a rasgos generales, estas pagas suelen rondar el 60% y el 100% del salario del empleado. Al fin y al cabo, el trabajador espera obtener garantías económicas iguales o parecidas a las que tenía cuando se encontraba en activo.

El objetivo final de la prejubilación está en compaginar los objetivos que persigue la empresa y los que tiene el trabajador. Mientras que el primero probablemente busca reducir plantilla y costes, el segundo busca tener garantizados sus ingresos antes de cobrar la pensión de jubilado.

En el caso de que el empleado agotara su prestación por desempleo, podrá solicitar el subsidio por desempleo. Este puede durar entre 6 y 18 meses, pero para que esto sea así, el beneficiario deberá demostrar que carece de rentas. No se considerará renta, en este caso, las cuantías recibidas en concepto de indemnización legal por despido. Si el empleado tiene más de 55 años, este subsidio podrá ampliarse hasta que el trabajador haya cumplido la edad para poder jubilarse de manera anticipada u ordinaria.