La psicopatía, como enfermedad, no es común en todos los criminales, no tienen un cuadro médico similar ni siguen un patrón de conducta. No obstante, sí que tienen en común algunos rasgos en su personalidad, como pueden ser la falta de empatía y la impulsividad. Años atrás, se creía que esa incapacidad para empatizar con el resto de personas era la causa principal de su extraño comportamiento, pero un estudio reciente de la Universidad de Harvard ha descubierto una nueva razón.
En este estudio, los investigadores escanearon el cerebro de hasta cincuenta reclusos que habían sido encerrados por delitos violentos, siendo éstos los que presentaban cuadros de posible psicopatía. Preguntados por si preferían una recompensa inmediata u otro premio mayor pero más espaciado en el tiempo, los expertos pudieron descubrir que la mayoría de ellos escogía la primera opción, comprobando que las conexiones neurológicas de una región del cerebro vinculada con la posibilidad de intuir el futuro y deleitarse con el placer venidero, eran diferentes a las del resto de personas.
Gracias a esta prueba, los investigadores pudieron dilucidar que las personas que sufren psicopatía solo encuentran placer con las recompensas inmediatas, lo que es uno de los detonantes de sus conductas impulsivas.
La criminología es la ciencia que hace que podamos mejor la mente de un criminal, y para poder llegar a ser un experto en la materia y realizar estudios como el comentado en las líneas anteriores, hay varias vías formativas. Existen los cursos homologados tanto de criminología como de estudio de la escena del crimen, las carreras universitarias si quieres realizar una formación superior y los masters de criminología o psicología criminal si ya dispones de un título universitario y quieres desarrollar tus conocimientos en este ámbito y poder así dedicarte a ello laboralmente.
Evidentemente, este estudio u otros que se hayan hecho, no pueden revelarnos de forma absoluta o a ciencia cierta el gran misterio que supone entender la mente de un psicópata, pero supone un paso más en el camino que lleva a la resolución de tan enigmático rompecabezas. ¿Te animas a poner tus propias piezas del puzzle?
