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Ser becario en España: ¿oportunidad o precariedad?

El tópico del becario que trae cafés y hace fotocopias puede parecer un tanto exagerado. Sin embargo, lo cierto es que la situación de los estudiantes en prácticas en España no es, ni mucho menos, idílica. De hecho, la crisis económica iniciada en 2008 ha agudizado la precariedad del colectivo, que celebra su día mundial el 8 de mayo. Si hace unos años las prácticas eran una etapa pasajera de la vida, ahora se alargan cada vez más en el tiempo. ¿Por qué? Pues muy sencillo: las empresas ahorran costes salariales contratando a becarios que deberían ser trabajadores valorados como tal.

Ante esta situación, muchos estudiantes se preguntan cuáles son sus derechos laborales. ¿Puede un becario cotizar en la Seguridad Social? ¿En qué circunstancias puede exigir remuneración? En este post analizamos el día a día de los becarios en España y reivindicamos su aportación a la sociedad. ¿Y tú? ¿Cómo valoras tu etapa de estudiante en prácticas? ¡Comparte tu experiencia con nosotros en un comentario!

¿Cómo es la realidad de un becario en España?

  1. Dos tercios de universitarios hacen prácticas. España es el segundo país de la Unión Europea, solo por detrás de Eslovenia, con mayor porcentaje de estudiantes en prácticas. Aunque el dato puede parecer positivo a simple vista, no es oro todo lo que reluce. Según un informe de la OCDE, España duplica la media europea (33%). Sin embargo, el objetivo de muchas empresas, más que impulsar la inserción laboral, es ahorrar en costes salariales.
  2. El 58% no cobra por las prácticas. Trabajar como becario sin cobrar es una situación cada vez más frecuente. Según el informe La experiencia de los becarios en la Unión Europea, elaborado por la Comisión Europea, solo el 42% de los becarios españoles recibe algún tipo de prestación económica. En algunos casos, esta precariedad se ve compensada parcialmente con dietas de alojamiento y transporte.
  3. España, el país europeo con más becarios mal pagados. El salario de los becarios debería situarse en torno a los 426 euros (un 80% del IPREM, el salario mínimo). Sin embargo, no siempre se llega a esta cifra. De hecho, la OCDE denuncia que solo el 29% de los estudiantes pueden cubrir sus necesidades básicas.
  4. Solo el 36% continúa en la empresa. «Haz un esfuerzo y aguanta, quizá te contratarán en el futuro». Desgraciadamente, esta frase cada vez tiene más elementos de mito y menos de realidad. Un recurso habitual de las empresas es contratar a otros becarios en vez de apostar por incorporar a los estudiantes como trabajadores fijos.
  5. La mayoría se siente uno más del equipo. A pesar de los pocos recursos económicos, la mayoría de becarios se sienten integrados en el equipo, ya que les toca asumir tareas de responsabilidad. Eso sí, quieren que el nivel de exigencia vaya acompañado de una mejora salarial.
  6. Aceptan las becas por el currículum y por aprender. Más allá de las posibilidades de ser contratados, la mayoría de becarios aceptan las prácticas porque las entienden como una etapa trampolín. Es decir, una manera de nutrir el currículum cuando la experiencia laboral todavía es escasa.
  7. La Comisión Europea da un toque de atención. A la Comisión Europea no le gustó lo que pasaba con los becarios en España y dio un aviso al Gobierno en 2012. Según un informe, buena parte de los becarios españoles realizan prácticas sin convenio, o si lo hay, se trata simplemente de acuerdos entre empresas y universidades donde se fijan las condiciones laborales de esos estudiantes. Esta situación contribuye a crear un doble mercado laboral donde los jóvenes tienen serias dificultades para crecer.

Fuente: 20 minutos

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