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Una escuela instala cámaras para que una niña con leucemia no tenga que abandonar las clases

leucemia

Las comunicaciones por videoconferencia pueden utilizarse en ámbitos muy variados de la vida. Por ejemplo, para hablar con amigos que viven lejos o para realizar entrevistas de trabajo a distancia. Además, también hay quien recurre a ellas para impartir clases en directo de manera no presencial. En este sentido, aplicaciones como Skype facilitan bastante las cosas a las personas con problemas de movilidad u otras complicaciones de salud. Judit, una alumna de Primaria de la escuela Alfred Mata de Puig-Reig, puede dar fe de ello. Aunque hace unos meses que está en tratamiento para superar una leucemia, la niña sigue las clases a diario y no pierde el contacto con sus compañeros. ¿Cómo? Muy fácil: la escuela ha instalado dos cámaras en el aula para que no pierda detalle de lo que sucede en cada momento.

Según explica Teresa Costa, la tutora de Judit, la iniciativa ha sido todo un éxito. Sin embargo, tanto la profesora como la alumna han tenido que adaptarse a una nueva manera de impartir y recibir la clase: «Ella puede disfrutar de la clase en la sala de espera, estando ingresada o desde el sofá de su casa. Poner cámaras en el aula es un aprendizaje. Hacerlo de golpe también cuesta. Tu estás haciendo clase para los 25 alumnos que tienes delante, pero también tienes que pensar en la cámara. Al principio costó un poco que los niños se acostumbraran, después todo funcionó.», apunta. ¿Y tú? ¿Conoces otras iniciativas que fomenten la inclusión de todos los alumnos en el aula? ¡Comparte tu experiencia y tus opiniones en un comentario!

¿Qué nos enseña la historia de esta niña con leucemia?

  1. El contacto con los compañeros, fundamental. Aunque los niños con problemas de salud tienen más dificultades para asistir a la escuela todos los días, es importante que, en la medida de lo posible, no pierdan el hilo del curso. Esto incluye estar al día de los conocimientos que se imparten, pero también seguir cultivando la relación con sus compañeros de clase. En este sentido, las nuevas tecnologías facilitan bastante las cosas.
  2. La educación presencial no es la única opción. Cada vez estamos más acostumbrados a hablar de educación online (y por videoconferencia) en los niveles más elevados del sistema educativo. Por ejemplo, los grados universitarios o los másters. En cambio, todavía se nos hace extraño hablar de educación a distancia durante los primeros años de la vida. El caso de Judit demuestra que, bajo la supervisión de un adulto, las sesiones por videoconferencia pueden aportar resultados muy satisfactorios.
  3. Integrar el cáncer en el aula, sin tabúes. Los compañeros de Judit se han acostumbrado a tener las cámaras en el aula para que la niña pueda comunicarse con ellos. Esta puede ser una buena oportunidad para abordar cuestiones como los problemas de salud o la diversidad humana durante las clases.

Fuente: RAC1

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