5 consejos para estudiar por la noche (y no morir en el intento)

¿Tienes que afrontar un examen a corto plazo y no te queda más remedio que estudiar por la noche? Que no cunda el pánico. Trasnochar para acumular información académica es una buena opción, siempre y cuando no se acabe convirtiendo en una práctica habitual. Aunque hay personas que se sienten más cómodas estudiando después de cenar, conviene recordar que, con sueño y cansancio acumulados, las fuerzas nos pueden fallar en cualquier momento.

Así pues, es recomendable medir hasta dónde podemos llegar y ser conscientes de nuestras limitaciones. Sea como sea, conviene tener presentes algunos consejos para sacar el máximo rendimiento a las horas previas de un examen. Un avance: hay vida más allá de las bebidas estimulantes. Si no tienes sueño acumulado y has ido siguiendo el curso regularmente, superarás la noche con éxito. ¡Suerte en tu cuenta atrás!

5 claves para estudiar por la noche y rendir al máximo

1. Distribuye las horas de sueño. Si sabes que te espera una noche larga, evita afrontarla con sueño acumulado. En otras palabras, no madrugues el día en que tengas que trasnochar o, como mínimo, procura hacer una siesta corta. Sea como sea, pon tu salud siempre en primer lugar y no te exijas más de lo que puedas aguantar.
2. Come ligero y sano. Estudiar con el estómago pesado disminuirá tu concentración. Así pues, intenta comer ligero e ir picando durante la noche. Una ensalada o un plato de verduras te mantendrán activo y evitarán una digestión trabajosa. Por cierto, en la medida de lo posible no recurras a bebidas con cafeína: pueden provocarte taquicardia y malestar. Si acumulas mucha cafeína, no podrás dormir horas más tarde.
3. No estudies acostado. Intenta estudiar en el sitio de siempre, con un escritorio y una silla. Si lees tumbado en la cama es probable que el sueño aparezca rápidamente. Estudiar por la noche solo debe variar tu horario, no tus otros hábitos de estudio. Recuerda: espalda recta e iluminación adecuada.
4. Muévete de vez en cuando. Dar pequeños paseos por la casa, cambiar de postura, leer en voz alta… Todo esto puede ayudarte a evitar los bostezos. Un complemento interesante puede ser escuchar una canción que te guste mientras paseas. Eso sí, ¡con auriculares!
5. Toma una ducha fría. Si ninguno de estos consejos te ha funcionado, ten presente que nada despierta más que una ducha fría. En todo caso, se trata de una medida de urgencia que hay que descartar en pleno invierno.

¿Has superado la noche de estudio? Recuerda que, más allá de excepciones puntuales, la clave es lograr el equilibrio entre las horas de sueño y las horas de estudio: tu cerebro funcionará más rápidamente. ¡Ánimo para la próxima vez!