Cada día las regulaciones administrativas son mayores; las organizaciones se comprometen con diferentes organizaciones gubernamentales o no en el cumplimiento de códigos regulatorios o éticos; los productos o servicios deben cumplir con normas, bien de carácter obligatorio o no; se adquieren compromisos con los trabajadores; etc. por ello, se complica paulatinamente el cumplimiento de todos estos aspectos.
Esta tendencia se manifiesta claramente no solo en la normativa sino también en pronunciamientos judiciales pioneros que se están emitiendo en países de nuestro entorno, confirmando la transformación profunda de los cometidos de cumplimiento normativo(Compliance) en cuanto a la vigilancia de la legalidad y recto proceder de las organizaciones.
Nos encontramos ante un escenario de grandes retos y oportunidades para los abogados, economistas, ingenieros, etc. que desarrollan sus cometidos en la empresa (desde asesoría jurídica interna hasta control/auditoría internos), llamados a desarrollar un rol capital en aquellas organizaciones que liderarán los mercados del siglo XXI.
Por otra parte, se produce un importante cambio con la admisión de la responsabilidad penal de las empresas en numerosos sistemas jurídicas que tradicionalmente la excluían. Paralelamente, los ordenamientos jurídicos y diversos actores de ámbito internacional (la Unión Europea, el Consejo de Europa, la OCDE y el GAFI, entre otros) han desarrollado una amplia actividad relativa a los mecanismos de cumplimiento, sus formas de implementación y su relevancia para la exención de responsabilidad de la empresa.
La complejidad de los cometidos de Compliance radica en que conforman una mezcla singular de conocimientos técnicos y jurídicos que suelen tratarse en diferentes áreas de gestión de las organizaciones no habiendo existido, hasta ahora, una política de gestión del cumplimiento normativo que garantizará el cumplimiento global de la organización.
Por ello, apareció la figura del director/responsable de cumplimiento que se ha convertido en algo imprescindible para cada vez más empresas de todo tipo de sectores. Una de las razones que ha impulsado esta tendencia se encuentra, para los expertos, en la reforma del Código
Penal (según la cual, las corporaciones tendrán responsabilidad penal de los delitos cometidos por ellas o en su nombre, pero también la tendrán sus representantes legales o aquellas personas que hayan podido cometerlos porque quienes tenían que controlar su actividad no lo han hecho). De ahí se empezó a replicar esta idea de segregar en un departamento específico de compliance dicha responsabilidad, creándose la figura de complianceofficerscada vez más demandada por las empresas y con gran proyección por delante.
