La cocina es un mundo lleno de posibilidades que están a la mano del cocinero. A la hora de crear recetas, la imaginación no tiene límites y, detrás de un gran platillo, hay un arduo trabajo. Existen muchos ingredientes que básicos en la cocina… que funcionan para cualquier preparación, y uno de ellos son los fondos de cocina. Este elemento aporta un sabor especial a cada plato, por ello es tan importante.
Los fondos de cocina pueden obtenerse a través de la disolución de un cubito de caldo de pollo o verduras en agua hirviendo; esa es la manera fácil. Pero también está la opción de prepararlos en casa, aunque tome mucho más tiempo y esfuerzo, sin embargo, será un trabajo que vale la pena hacer.
Si quieres aprender más acerca los tipos de fondos de cocina que existen, estás en el lugar adecuado. En este post hablaremos sobre las características de los fondos de cocina y su importancia para cada receta. Recuerda que, si te apasiona la cocina y quieres dedicarte profesionalmente a este campo, la Escuela Europea de Hostelería, Turismo y Restauración tiene disponible para este completo Máster en Cocina.
¿Qué es un fondo de cocina?
También conocido como caldo, el fondo de cocina es uno de los ingredientes más importantes dentro de la gastronomía profesional. Funciona como base para una salsa u otro tipo de preparaciones más elaboradas.
Para obtener este líquido es necesario llevar a cabo una cocción lenta de huesos, espinas o verduras. Por lo general, se condimenta con especias o hierbas aromáticas y se dejan allí por un tiempo. Al finalizar la cocción, se cuela y se concentra.
Este caldo puede utilizarse en miles de recetas y preparaciones, bien sean sopas, salsas, guisados, o cualquier otra, pues el sabor que aporta es realmente potente y especial, así que, no te arrepentirás de haber invertido un poco más de tiempo en su preparación.
Si ya has usado la cantidad necesaria y te sobró una buena cantidad de líquido, puedes almacenarlo en la nevera. Si lo tapas adecuadamente, puede durar hasta diez días en el refri, pero para que conserve su sabor, es recomendable hervirlo cada tres días, esto evitará que se ponga agrio.
En el caso de los fondos de pescado su almacenamiento es un poco más delicado, al igual que el de verduras, pues no pueden durar mucho tiempo en la nevera.
Tipos de fondo
Existen dos tipos de fondos de cocina: fondos oscuros y fondos blancos. Los caldos oscuros obtienen este tono debido a los ingredientes que se utilizan para su elaboración, pues, en este caso, es necesario freírlos un poco antes de pasar la cocción. Por su parte, los caldos blancos crean un color más claro y suave.
De igual manera, también existe una clasificación de fondos de cocina según la calidad de los ingredientes con que sean preparados. Por ejemplo, aquellos que se hacen a base de ingredientes frescos suelen ser los mejores, y por ello, se utilizan para la preparación de salsas y sopas.
En contraste, para los caldos de segunda los ingredientes utilizados son de una calidad un poco inferior, es decir, huesos, menudos de pollo, etc. El sabor final no es tan exquisito como el del otro, sin embargo, funciona perfectamente bien para la preparación de estofados, guisos, salsas, o platos más sencillos.
Si quieres aprender a preparar los mejores fondos, a continuación, te contamos cómo. Solo ¡presta atención!
- Fondo oscuro
Apio, cebolla, zanahoria, hierbas y huesos de ternera, son los ingredientes para la preparación de este caldo; incluso se puede agregar carne de res o pollo para potenciar el sabor.
Existe también otro tipo de fondo oscuro llamado “caldo de caza”, que está hecho a base de sobrantes de aves, huesos de vaca, verduras y especias. Tiene un sabor un poco fuerte, por eso es utilizado en preparaciones como estofados y sopas.
- Fondo blanco
Estos se hacen con ingredientes de primera calidad, por ejemplo, cortes de carne de ternera, pollo, cerdo, conejo, cordero, entre otras, además de verduras y jamón. Los fondos blancos son ideales para la elaboración de cremas, salsas o guisos, debido a la suavidad en su sabor.
- Caldo fuerte de pollo
Si lo que buscas es aportar potencia a tus recetas, el caldo de pollo es ideal. Se puede preparar con gallina y codillo de ternera, aunque, si se trata de reducir costos, puedes utilizar pellejos de pollo y sobrantes. Eso sí, no olvides el apio, las verduras y las hierbas aromáticas.
Este caldo blanco es una bomba de sabor. Es perfecto para consomés, salsas y guisos, aunque también se puede cocinar arroz con este fondo… ¡Queda delicioso!
- Caldo de pescado
En este caso, necesitarás la cabeza las espinas y recortes de pescado blanco. Agrega apio, limón y hortalizas de raíz… ah, y no olvides las hierbas aromáticas.
El sabor que se obtiene con este caldo es muy suave y delicado, por eso, suele utilizarse en platillos de pescados, salsas o acompañamientos de mariscos y arroces.
- Fondo de verduras
Para lograr un caldo de verduras con buen sabor, debes optar por aquellas que estén un poco pasadas. Puedes agregar zanahoria, apio, lechuga, acelgas, nabos, champiñones, etc.
Su preparación es súper sencilla y su sabor suave puede utilizarse en sopas y cremas.
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