La prueba de acceso a la Universidad es uno de los retos más importantes a los que un estudiante se enfrentará a lo largo de su trayectoria formativa. El resultado de este examen puede ser decisivo a la hora de escoger qué estudios superiores se llevarán a cabo, dependiendo de la nota de corte de cada grado exija para entrar. Sin embargo, aunque la perspectiva haga sudar a los que tienen que pasar por dicho trago, una buena planificación y un buen plan de estudios ayudarán a obtener resultados exitosos.
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¿Cuáles son los consejos que debe seguir el estudiante?
Ninguna recomendación es infalible y lo que más va a ayudar es “saberse la lección” pero hay algunos métodos que se pueden llevar a cabo para que el tránsito sea más llevadero. Te ofrecemos algunos:
1- No perder los nervios: importante. El bloqueo ante la importancia de la prueba suele ser muy común, pero hay que relajarse, respirar hondo y enfrentarse al trámite sin miedo.
2- No tomar estimulantes: demasiada cafeína, refrescos con taurina y demás productos que prometan más energía pueden ser contraproducentes. Con la vitalidad artificial también aumenta el nerviosismo.
3- Descansar adecuadamente: en relación con el punto anterior, es importante resaltar que las horas de sueño deben respetarse. Ayudan a relajar la mente y la productividad a la mañana siguiente será mucho mayor. De lo contrario se arrastrará cansancio acumulado que se notará a la hora de hacer la Selectividad.
4- Elaborar un plan de estudios: pero que sea realista. De nada sirve organizar un horario que luego no se pueda llegar a cumplir. Hay que hacer un recuento de las materias a estudiar, identificar las que más repaso necesitan para dedicarles más tiempo pero sin olvidar el resto, que también exigirán atención.
5- Hacer esquemas: organizar la información por puntos, árboles y demás croquis ayudan a recordar los contenidos fácilmente. Asimismo, la elaboración de resúmenes también ayuda.
6- Recitar la lección aprendida en voz alta: al igual que se haría en una clase si el profesor saca al alumno a la palestra. Al narrar el tema aprendido (al menos la teoría: explicar las operaciones matemáticas quizá resulte algo complicado que explicar las teorías de la filosofía) ayuda a memorizarlo mejor y a organizarlo en el pensamiento. El estudiante debe imaginarse que lo está explicando a otra persona de manera que ésta pueda comprenderlo.
7- Grupos de estudio: quedar con otros compañeros para estudiar también puede ser provechoso. Así los momentos de descanso pueden ser más animados, existe la oportunidad de intercambiar apuntes y darse ánimos entre unos y otros.
8- Despejar la mente: el día antes del examen no está de más alejarse de los libros. Quizás este sea el consejo más difícil de seguir, pero lo que no se ha aprendido ya no se va a memorizar en unas horas. Es mejor llegar con la cabeza serena que no abotargada y estresada.
9- Moverse: estudiar requiere estar muchas horas sentado por lo que moverse cada hora y media es recomendable. Asimismo aprovechar el tiempo libre para hacer algo de deporte es buena idea. Salir a correr o practicar yoga ayuda a liberar el estrés y estimular el pensamiento.
10- No hacer trampas: la tentación de preparar unas cuantas “chuletas” por si se olvida algún tema siempre ronda por la cabeza de los estudiantes. Sin embargo, sólo sirve para perder el tiempo y pasarlo mal en el examen por si el engaño sale a la luz. Es mejor invertir el tiempo en estudiar y asegurarse de que no se van a necesitar esos apoyos no permitidos.
La selectividad es uno de los principales quebraderos de cabeza de los jóvenes. Están saturados de información y necesitan tener las ideas muy claras para plasmarlas en el examen. Estos 10 consejos seguro que ayudan a muchos jóvenes a prepararse para este examen. Estudiar no quiere decir no hacer descansos. Son muy necesarios para mejorar la productividad. ¡Muy buenos consejos!
Gracias, Javier :)
Un saludo,
Laura