5 habilidades básicas para trabajadores freelance

Ser freelance significa tener la capacidad de completar múltiples tareas (multitasking, en el mundo anglosajón). Mientras que los trabajadores asalariados tienen que preocuparse de realizar correctamente su trabajo y reportar a sus superiores, el trabajador autónomo tiene que preocuparse de estos aspectos y de otros muchos.

Aprende cuáles son estas habilidades imprescindibles.

Además de realizar su trabajo con eficiencia, cumplir los plazos establecidos y conciliar su vida laboral y personal (lo que en muchas ocasiones es aún más difícil si trabaja desde casa, aunque pueda parecer lo contrario), el autónomo debe llevar al día sus obligaciones fiscales, conseguir que le paguen las facturas, aprender a negociar con los clientes y ganar lo suficiente para llegar a fin de mes.

Para muchas personas, los freelance son unos quejicas que trabajan en pijama. Y si bien es cierto que ser un diseñador gráfico o un periodista que trabaja desde su casa con un café al lado no es lo mismo que ser minero, también tiene sus complicaciones. Si los trabajadores autónomos quieren tener controlados todos los aspectos de su trabajo y cumplir con sus objetivos, deberían tener conocimientos, aunque sean básicos, de estas diferentes disciplinas:

1. Contabilidad y finanzas: «Contrato a un gestor y me dejo de problemas» es un pensamiento habitual entre los freelance. Es cierto que un gestor puede (y debe) facilitar las diligencias fiscales y las cuentas de sus clientes, pero eso no exime al trabajador de llevar al día sus cuentas. Las facturas emitidas, el IVA desgravable y el papeleo trimestral corre por su cuenta. Cuando llega el momento, el gestor recoge esos documentos y se ocupa de los trámites. Pero si el propio trabajador no lleva al día sus cuentas y sus libros de facturas, tendrá un problema.
2. Marketing y ventas: una persona que ejerce su oficio por cuenta propia es una empresa, aunque esté conformada por una sola persona. Por lo tanto, tiene que saber promocionar sus productos, fidelizar al cliente o tener habilidades comerciales. Además, teniendo en cuenta que la realidad que vivimos es 2.0, no está de más tener conocimientos de SEO y community management para dar a conocer la «marca personal».
3. Formación: aunque ya estés desarrollando una labor profesional, es recomendable no quedarse atrás y tener la capacidad de reinventarse. Por ejemplo, un periodista que lleve muchos años en el sector pero no esté familiarizado con las herramientas digitales, perderá puntos ante un compañero que, aunque tenga menos experiencia como informador, sepa desenvolverse en dicho terreno. El periodista veterano debería actualizarse y ponerse al día en periodismo y comunicación digital.
4. Planificación: uno de los errores más comunes del freelance es aceptar más trabajos de los que puede asumir en un espacio de tiempo. Es cierto que el objetivo es facturar lo máximo posible para llegar a fin de mes, pero también hay que garantizar la calidad del trabajo de cara al cliente. Si se aceptan muchos proyectos, pero a la hora de entregarlos no alcanzan el nivel esperado, es posible que sean rechazados o no se vuelva a tener en cuenta al trabajador para futuros proyectos. Lo que comúnmente se conoce como «pan para hoy, hambre para mañana». La fidelización es muy importante.
5. Capacidad de dirección de proyectos: tener una visión global del proyecto, ser capaz de trazar estrategias e identificar las necesidades previas son herramientas necesarias a la hora de enfrentarse a un encargo. Sin esas habilidades, es posible que el freelance se vea desbordado o invierta más tiempo del necesario en sacar el trabajo adelante. Cuantas más horas extras se inviertan en un encargo (por dejadez o incapacidad personal), menos dinero se ganará con él.