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La epidemia de las faltas de ortografía llega a las aulas universitarias

ortografía

Las faltas de ortografía no son solo un problema vinculado a los inicios en la escritura o a la baja formación académica. De hecho, las dificultades en la expresión escrita están cada vez más presentes en la universidad. En este sentido, los profesores detectan una auténtica epidemia en la mala aplicación de las normas. Y no solo porque muchos jóvenes desconocen la última reforma aplicada por la RAE en 2010. Se trata de un conflicto bastante más profundo, ya que va ligado, también, a una redacción deficiente y a la falta de hábitos lectores. Los académicos denuncian que las redes sociales y el poco interés por la lectura y la escritura han contribuido a debilitar un aspecto fundamental para superar los estudios universitarios. 

Según apuntan los docentes, muchos estudiantes consideran que la ortografía sirve, únicamente, para aprobar las asignaturas de lengua. Sin embargo, la expresión escrita también es necesaria en otras materias y en el mundo laboral. En este sentido, los lingüistas piden a los profesores que no se fijen solo en el contenido del texto: “Creo que muchos profesores de secundaria, y a veces de universidad, pasan por alto en los exámenes las faltas cuando entienden que el contenido es correcto.  Yo no lo hago. Es un error hacerlo. No estoy tampoco de acuerdo con dejar pasar las faltas graves de redacción”, apunta el académico Ignacio Bosque, catedrático de Lengua en la Complutense. El apunte de Bosque no es casual, ya que muchos profesores de lingüística detectan errores entre los propios estudiantes de filología.

¿Qué aprendemos de la poca atención prestada a la ortografía?

  1. Hay que exigir más a los futuros profesionales de la lengua. Si los filólogos hacen faltas, no podrán convertirse en docentes competentes. Así pues, es necesario que los errores de expresión escrita penalicen a la hora de evaluar. Además, el cultivo de la buena ortografía debe ir acompañado de otros hábitos, como por ejemplo la lectura o la expresión oral.
  2. Cuidar el prestigio de la lengua es cuidar el prestigio de uno mismo. La manera de escribir dice mucho de nosotros mismos. En otras palabras, no solo nos tenemos que preocupar de escribir bien en los exámenes de lengua. Un currículum o una carta de presentación bien redactados aumentarán las posibilidades de éxito.
  3. Las faltas dificultan el buen funcionamiento de las oposiciones. En las últimas oposiciones a profesor de secundaria, FP o escuelas de idiomas, a las que se presentaron 200.000 personas, los tribunales se encontraron con aspirantes que escribían acortando palabras (tb, pq, etc.) o que empleaban términos coloquiales (rollo de, en plan, etc.). Las academias de preparación madrileñas alertaron a sus alumnos de que perderán 0,10 puntos por cada abreviatura o por poner la barra inclinada en los adverbios que terminan en -mente. Estos errores ortográficos y de registro son intolerables entre los futuros profesionales de la educación. De hecho, deberían convertirse en un toque de atención para que entre todos nos preguntemos qué está fallando en las aulas.

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Fuente: El País

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