Lingüística forense: la disciplina que une la lengua con el derecho

Cuando pensamos en un lingüista, nuestra mente suele dibujar una persona rodeada de gramáticas y diccionarios. Sin embargo, las aplicaciones de esta disciplina pueden ir más allá de la ortografía y la sintaxis. Este es el caso de la lingüística forense, una materia que une la lengua con el derecho. ¿Pero qué tienen en común un jurista y un filólogo? 

Si te gustan las películas de suspense, seguro que has observado que los aspectos lingüísticos son muy importantes en los juicios. A menudo hay que reconocer una voz o averiguar quién es el autor de una nota manuscrita. Todos estos aspectos, que pueden ser claves para la resolución de un caso, los tiene que estudiar un lingüista forense. Como puedes suponer, para analizar cuestiones como la repetición de palabras, los sonidos o la escritura es necesario un lingüista. Eso sí, es fundamental que se trate de un profesional con suficientes conocimientos jurídicos, ya que debe saber qué implicaciones tiene su trabajo y en qué marco se mueve.

Pero, más allá del ámbito penal, la lingüística forense tiene otras aplicaciones. También es la encargada de estudiar lingüísticamente los textos judiciales y de analizar diversas situaciones comunicativas, como los juicios o los interrogatorios.

Los campos de estudio de la lingüística forense

A grandes rasgos, las áreas de estudio de la lingüística forense son tres:

• El ámbito jurídico. Se estudian aspectos como la comprensión lectora de los documentos legales, los géneros jurídicos, la historia de los lenguajes jurídicos, el discurso jurídico, el multilingüismo en contextos judiciales, etc.
• El ámbito judicial. Se tratan temas como el lenguaje de los actores judiciales (jueces, abogados, inculpados, testigos), las entrevistas con testigos vulnerables, los interrogatorios policiales, etc.
• El lenguaje probatorio o evidencial. Se ocupa de las pruebas lingüísticas en casos penales: comparación voz, identificación de hablantes, análisis y atribución de autoría de textos escritos, etc.

Requisitos académicos y perfil de acceso

Para especializarse en lingüística forense tienes dos opciones: cursar un máster o optar por un curso más breve. Como sabes, un máster puede alargarse uno o dos años, mientras que un curso suele durar unas cuantas semanas. Tú eres quien mejor conoce tu agenda y tus posibilidades. En todo caso, si quieres ejercer, asegúrate de que la formación que escoges es profesionalizante.

En general, los másteres admiten estudiantes procedentes de diversas titulaciones. Estos son los perfiles más habituales:

• Graduados en Filología o en Lengua y literatura.
• Graduados en Traducción e Interpretación
•  Titulados en Logopedia.
• Titulados en Derecho, Criminología, Periodismo o Psicología.

Por otra parte, es recomendable que el alumno se ajuste a estas características:

• Interés en el mundo jurídico.
• Habilidad para analizar fenómenos lingüísticos.
• Facilidad para expresarse oralmente y por escrito.
• Compresión lectora satisfactoria en el ámbito jurídico.

Salidas profesionales de un lingüista forense

Una persona formada en lingüística forense puede desempeñar las actividades profesionales siguientes:

• Elaborar dictámenes periciales.
• Evaluar sistemas automáticos de identificación de hablantes.
• Detectar un plagio y determinar una autoría.
• Asesorar a profesionales del mundo de la ingeniería en estos ámbitos.

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Fuente: Universitat de Girona

Actualizado en abril de 2022.