Las artes escénicas pueden definirse como todas aquellas acciones de carácter artístico que han sido concebidas para ser representadas en lo alto de un escenario enfrente del público. Entre las manifestaciones artísticas más conocidas estarían el teatro, la danza, la música o el circo. Todas estas disciplinas tienen en común tres elementos: la interpretación, el escenario y la audiencia, pero también comparten una misma misión. ¿Cuál es la función de las artes escénicas? De esto hablaremos en el artículo de hoy.
Las artes escénicas son bidireccionales, lo que significa que tienen un cometido tanto para quien las ejercita como para el público espectador. Es una poderosa herramienta de comunicación como veremos más adelante.
Las artes escénicas para los propios artistas
Esta disciplina va mucho más allá de lo que el público puede ver. Para el propio artista, las artes escénicas aterrizan como un ejercicio de autoconocimiento, dado que les permiten desarrollarse y ampliar su ser hasta límites insospechados. Estas manifestaciones suponen un encuentro con la parte más íntima del artista, pues es esta faceta la que queda sobre el escenario.
La primera función de las artes escénicas para los propios artistas es, por tanto, la de reencontrarse con su yo más profundo. Esto le permite desnudarse metafóricamente frente al público, liberándose de prejuicios y solo fluyendo. Los ejercicios corporales y las distintas técnicas aprendidas al formarse en este campo serán catalizadores para ayudar al artista a desvincularse de aquellos comportamientos que los cohíben.
En el escenario, el artista es capaz de liberarse de su timidez, de su introversión y de un largo etcétera de comportamientos que le condicionan.
En definitiva, las artes escénicas suponen un viaje de introspección, por lo que es una disciplina que potencia el desarrollo mental, físico y emocional de los profesionales.
Las artes escénicas para los espectadores
En la otra cara de la moneda encontramos otro de los elementos indispensables de las artes escénicas, esto es, el público receptor. Como señalamos con anterioridad, una representación que no puede ser representada ante alguien no tiene sentido.
Para la audiencia, las artes escénicas cumplen una función de entretenimiento de gran importancia. Cualquiera de las manifestaciones artísticas que componen este ámbito ayuda al espectador a evadirse y a desconectar de su rutina diaria. Pero también este tipo de actividades interpelan directamente a las emociones del público, quien se conmueve, empatiza, ríe o llora con la actuación. ¿Quién no se ha emocionado escuchando música o asistiendo a una obra teatral?
A pesar de que, como decimos, el propósito de las artes escénicas es ser exhibidas ante el público, no nos podemos olvidar de que también tienen la finalidad de crear belleza y armonía. No importa si nos estamos refiriendo a la música, a la danza, al circo o al teatro, la realidad es que son cultura en forma de espectáculo.
El maravilloso arte de comunicar
Unas líneas más arriba afirmamos que las artes escénicas son comunicación en estado puro. Eso sí, es un acto comunicativo de carácter vanguardista a través de herramientas poco convencionales. No en vano, es una de sus funciones más destacadas, pues la representación sobre el escenario permite la comunicación de ideas, sentimientos, emociones, etc. En ocasiones, esta transmisión se da por medio de la palabra, pero en otras intervienen otros muchos elementos: sonidos, movimientos corporales, gestos…
Sin duda, las artes escénicas son un campo 100 % vocacional. Si has sentido la llamada y deseas desempeñarte profesionalmente en este ámbito, desde Emagister te proponemos consultar la lista de los mejores centros para estudiar Artes escénicas.
