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Enfermería geriátrica

El incremento de la esperanza de vida unido al descenso de la tasa de natalidad está provocando irremediablemente el envejecimiento de la población. Éste es un fenómeno demográfico a nivel mundial, de modo que en nuestro país también se deja sentir y lo hace, si cabe, con más fuerza, ya que se suma el hecho de que un porcentaje amplio de población activa ha abandonado durante los últimos años nuestras fronteras para ir en busca de empleo y nuevas oportunidades. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en las próximas décadas, concretamente en 2050, más del 30% de la población de España tendrá más de 65 años. 

Este escenario en el que aumenta el número de personas mayores hace que aumente también el número de retos. Pero, sin duda, quizá el mayor desafío al respecto, tal y como indica la OMS en el Informe Mundial sobre Envejecimento y Salud publicado el año pasado, sea cómo afrontar esta situación desde el punto de vista de la gestión sanitaria para conseguir un envejecimiento saludable que cambie el modelo actual por uno que repercuta en un aumento significativo de la calidad de vida de los mayores.

Obviamente, el trabajo que queda por delante es titánico y son muchos los factores y modelos de gestión a remodelar pero, entre todos ellos, está claro que harán falta profesionales sanitarios preparados específicamente para atender a estas personas. Según este razonamiento, prepararse a conciencia para dedicarse a la enfermería geriátrica es claramente una buena apuesta de futuro dado que el papel de estos profesionales es, y aún lo será más en el futuro, indispensable.

¿A qué se dedica un enfermero geriátrico?

La disciplina sanitaria de la enfermería geriátrica ha de ocuparse del cuidado integral de las personas mayores, independientemente de si están sanas o enfermas.  Al hablar de cuidado integral se entiende que el enfermero geriátrico ha de ser capaz de encargarse de diferentes funciones, no sólo la atención clínica y la función terapéutica, sino también de las funciones asistencial, preventiva y social. Tampoco ha de dejarse a un lado el papel que puede desarrollar a nivel gestor para organizar y sacar el máximo partido a los recursos disponibles, ni tampoco el perfil docente e investigador necesarios para que la enfermería geriátrica siga avanzando en el buen camino.

Así pues, no se trata solo de atender a los ancianos enfermos, sino que la enfermería geriátrica va mucho más allá, puesto que se dedica también a lograr: una mejora de su calidad de vida, un incremento de su bienestar, su integración social, así como una mayor autonomía y autoestima. De este modo, se deja ver el carácter humano que impregna a esta rama sanitaria.

El desarrollo de esta profesión puede llevarse a cabo en un rango muy amplio de lugares. Desde hospitales, unidades de cuidados paliativos, clínicas y centros de atención primaria a residencias de la tercera edad, centros de día, complejos de apartamentos para mayores e incluso directamente en el propio hogar de los ancianos.

Es muy importante ser consciente de que las personas mayores son pacientes con unas características especiales, con una mayor propensión a ciertas enfermedades, trastornos y dolencias asociadas a una edad avanzada, sin dejar a un lado algunos problemas mentales que requieren gran atención. Pero además, tampoco has de olvidar que el entorno familiar, social y económico que rodea al anciano es clave e influye de un modo alarmante en su calidad de vida.

¿Qué se necesita para ser enfermero geriátrico?

Como hemos visto, la enfermería geriátrica abarca una amplio abanico de funciones, de modo que para hacer de ello tu profesión hace falta una amplia preparación tanto académica como práctica. Por supuesto, el primer paso es pasar por la universidad para obtener el grado en Enfermería. Una vez conseguido este título universitario, si quieres tener la especialidad oficial de enfermería geriátrica, tienes que pasar el EIR para ser Enfermero Interna Residente y superar dos años de formación práctica y remunerada en alguno de los centros públicos y privados que ofrecen este tipo de plazas. Sé consciente de que te enfrentas a un proceso largo y complicado en el que te vendrá muy bien tanto hacer un curso preparatorio para el EIR. Además,  también puedes apostar por la formación continuada realizando máster, cursos, talleres y congresos específicos de esta especialidad que ahonden en las distintas ramas de la enfermería geriátrica. Por supuesto, siempre es buena idea estar al día de la actualidad del sector, organizaciones como por ejemplo la Sociedad Española de Enfermería Geriátrica y Gerontológica, on una fuente genial de información y apoyo.

 

1 comentario en «Enfermería geriátrica»

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